***
Me despierto desorientada, mirando a mi alrededor en busca de una salida. Pero solo encuentro una habitación desolada, que huele muy mal y parece haber estado abandonada durante mucho tiempo. No puedo creer que un ser humano merezca estar encerrado aquí. Todo es terrorífico, siento un miedo abrumador y mi corazón late rápidamente, sabiendo que algo malo está a punto de suceder. Me siento prisionera de una amarga sensación de peligro. Intento moverme, pero me doy cuenta de que tengo las manos atadas y una tela en la boca que me impide gritar por ayuda. Sé que nadie vendrá a socorrerme. La sensación de peligro aumenta y me preocupa especialmente la seguridad de mi bebé. ¿Por qué estoy pasando por todo esto? Siento un temblor profundo en mi cuerpo y el miedo de perderlo todo me agobia. No quiero que esto sea mi fin. Solo quiero estar a salvo en casa.
Lloro. Recuerdo claramente que estaba en las escaleras y me sentía mal. Y ahora estoy aquí, siendo víctima de un secuestro. Jamás pensé que me pasaría algo así en la vida real, siempre creí que solo sucedía en las películas. Pero ahora lo estoy viviendo y entiendo lo difícil que es mantener la calma en una situación que puede terminar muy mal. ¿Y si alguien me tiene aquí para matarme? No puedo permitirlo, debo hacer algo para escapar.
Trago con dificultad. Me resulta complicado moverme estando atada de manos y con una mordaza en la boca. Además, la puerta está cerrada con pestillo, imposible de abrir. Le pido ayuda a Dios, necesito sobrevivir. Mi bebé me necesita y haré todo lo posible para protegerlo. No quiero morir.
Escucho voces desde afuera. Intento prestar atención, pero mi confusión dificulta mi capacidad para entender lo que dicen. Siento un fuerte dolor de cabeza. Una de las voces menciona mi presencia en la habitación. Me asusto al darme cuenta de que me están hablando a mí. Es posible que estén planeando hacerme daño. Siento un temor abrumador.
—Daniel... Daniel y yo estamos en esto y también hay en juego un millón de dólares. Por eso, pero el idiota de Zaredno ha querido hacer el trato con Daniel y esto además parecerme un poco más divertido, es una dulce venganza, eh.
La mujer estalla en risas maliciosas que me llenan de terror. Es Leah, y sé que está haciendo todo esto por haberle quitado a Zared. ¿Entonces no estaba muerta como se dijo? Mi confusión aumenta y la oscuridad se apodera de mi mente. Exhalo. Pronto la puerta se abrirá y cuando eso suceda, espero encontrar una oportunidad para escapar.
La puerta cede finalmente y la luz encandila mis ojos acostumbrados a la oscuridad. La mujer entra en la habitación. No puedo ver claramente su rostro ya que sigo desorientada. Espero en silencio, consciente de que estoy en peligro. Pido a Zared que se dé cuenta de lo que está sucediendo y me encuentre antes de que sea demasiado tarde. Pero la incertidumbre y el miedo me debilitan.
—Oh, cierto que no puedes hablar. No quiero quitarte la mordaza, no vaya a ser que no me dejes hablar. Tengo muchas cosas por decirte, hay una historia que debes escuchar antes de morir. Es importante que sepas la verdad antes de partir de este mundo. Podrías pensar que soy una mala persona, pero cuando conozcas mi historia, te darás cuenta de que soy solo una víctima".