Capítulo 52
969palabras
2024-02-17 05:15
Mi madre me mira de brazos cruzados justo cuando hago acto de presencia en la sala y sé que ahora quiere una explicación, incluso cuando ya veo venir esa sonrisa que aparece en sus labios... tal vez debí avisar anoche que no vendría a casa. Pero no lo hice, y tal vez eso la hizo preocuparse.
- Mamá...
- Sí, estoy esperando una explicación de tu parte, solo tenías que llamarme o enviar un mensaje de texto y no me habría preocupado tanto por ti. De no saber que estabas con Zared ya estuviera con la policía. Pero supuse que te habías ido a su casa. ¿Todo bien? Se te nota diferente...

- Oh, no es cierto, soy la misma. Y sí, me quedé con él. Estoy bien, discúlpame, sé que debí ponerte al tanto. Ahora subiré y me daré una ducha - aviso antes de perderme.
Ella no me sigue y eso lo agradezco.
De forma repentina, mis ojos se abren como platos al darme cuenta de que sobre mi cama está la pulsera y ya mi corazón late desbocado. Es verdaderamente increíble lo que estoy viendo. La tomo y rápidamente regreso con mamá para averiguar si ella ha sido la que la dejó allí porque, por arte de magia, jamás pudo haber aparecido.
- Mamá. ¿Otra vez estabas limpiando la casa y la has encontrado finalmente?
- Oh, eso, pues lo más raro de todo es que la pulsera apareció una puerta. Como ya te la he visto muchas veces, sé que es la que estabas buscando y la dejé sobre tu cama. ¿Pasa algo malo?
- No, pero... ¿De verdad estaba afuera de la puerta?

- Sí, cuando iba a salir esta mañana, la encontré justo en la entrada. De manera que la tomé y la dejé sobre tu cama. Noté que estabas muy preocupada por la pulsera, sabía que te pondrías feliz, pero no pareces estar así, o es solo mi impresión. ¿Realmente te encuentras bien?
- No tienes que preocuparte por nada mamá, realmente me encuentro bien... solamente un poco sorprendida porque pensé que nunca más la encontraría y me parece un poco más raro que haya estado en la entrada todo este tiempo, y no lo había mirado, tal vez he caminado demasiado distraída para darme cuenta. Gracias - le digo y vuelvo a mi dormitorio.
Otra vez me acuesto boca arriba sobre mi cama y me pongo a pensar en cómo es posible que esa pulsera haya llegado hasta allí, es un completo misterio y no puedo dar con una explicación lógica. Me da mucha impotencia no saberlo. ¿Qué se supone que me responda esta interrogante? Yo no lo sé. Dejo escapar el aire sonoramente.
Es que me da mucha rabia todo lo que pasa. ¿Y qué pasa exactamente?

Ni yo lo sé.
Ya dejo de pensar en todo eso y me apresuro para tomar un baño que no me quite demasiado tiempo y poder estar lista antes de que mi amiga Sol pase por mí, no quiero fallar o llegar tarde. Ella se enfadaría mucho conmigo. La conozco, así que me doy prisa para estar a tiempo.
Mamá no está por toda la casa, de manera que no se dará cuenta de que me fui sin almorzar, así que ya me encuentro dirigiendo mis pasos hacia la salida y finalmente veo el auto de mi amiga estacionado allí, a la espera por mí. Me subo de copiloto y la saludo con un beso en la mejilla, y ella se alegra de verme.
- Oh, así que has encontrado la pulsera - me dice señalando la pulsera -. ¿Y dónde estaba?
- Pues solo en casa, mi madre fue la que la encontró. Sinceramente, había perdido las esperanzas de hallarla, pero estaba allí. Menos mal que la encontró - emito.
- Pues sí. Y más cuando es un accesorio importante para ti, eh - señala -. ¿Sabes a dónde nos dirigimos?
- Sí, a una de tus boutiques favoritas.
- Así es.
- Vale. Me gusta la idea. Sin embargo, que no se te olvide que no traigo demasiado efectivo, así que voy a comprarme algo que esté al alcance de mi bolsillo.
- Oye, no me digas que Zared no te ha dado dinero...
- No, no se lo pediría, no es justo. Tampoco le dije que tendría que comprar un vestido.
- En ese caso, debes ser un poco más inteligente y por supuesto pedirle dinero. Pudiste haber mencionado el hecho de que saldrías conmigo a comprar ropa y de seguro te habría dado su tarjeta ilimitada. Alex me dio la suya - agrega muy sonriente.
Me contagia.
- Sí, pero me dio un poco de timidez y finalmente no se lo pedí. No podría hacer eso, es algo atrevido.
- No es necesario pedir una tarjeta, solo con mencionar que irías a comprar algo a una boutique, ya se supondría que la necesitas y te la hubiera dado. ¿No lo crees? - expresa y yo sonrío.
- Lo dices fácil, para mí no lo es. No me atrevería a pedirle algo así. En fin, lo importante es que podría comprarme algo bonito y económico con lo que tengo.
- No de ninguna manera, si te gusta algo que no está dentro del presupuesto, igual lo vas a tomar y ya pago por eso, quiero que estés tan hermosa como yo ese día. No vas a usar ningún vestido barato, eh - apunta y quiero reír por la forma en la que lo dice.
- Vale, ya lo entiendo. Pero si me gusta uno que sea más costoso, pagaré la diferencia y lo tomas como un regalo de mi parte.
- Oye, no es necesario...
- No te niegues, solo recíbelo... Será algo bueno, eh.
- Vale, o te enfadarás.