Capítulo 34
1757palabras
2024-02-17 04:37
P.O.V. Zared
Todavía hay muchas cuestiones que deben ser respondidas y de las que debo ocuparme, pero la mañana apenas comienza y se vuelve oscura al recibir esa perturbadora noticia de mi abogado Carlos.
- Sí, lamentablemente tu novia Samantha ha sido encontrada muerta en su departamento. Las autoridades dicen que se trata de un asesinato, por lo que ya han comenzado las investigaciones para encontrar al culpable. Te mantendré al tanto de todos los detalles.

Aunque no amé a Samantha, esta noticia me impresiona. No importa si no fue perfecta, me siento pésimo al escuchar esto. Es terrible y deseo que esto no estuviera pasando. No esperaba algo así. Me encuentro confundido, ¿quién querría matarla? ¿Era cierto lo de su enfermedad o solo me estaba mintiendo para sacarme dinero? Todo esto me deja pensativo, buscando respuestas que aún no se revelan, que permanecen ocultas hasta que profundice en el tema. Todo es una locura.
- Carlos... ¿Ya se tienen nombres de la persona que posiblemente la haya asesinado o de quien la mató? - pregunto, urgido por saberlo.
- No, el caso todavía está abierto y se está buscando al posible culpable. Creo que están revisando las cámaras de seguridad en este momento para ver si encuentran algo que los ayude a avanzar en la investigación. No está siendo fácil. Además, se mencionó que además de ser asesinada, también fue abusada sexualmente. Es terrible, lo siento mucho.
- Entiendo - suspiro, realmente afectado por todo esto -. Todo esto me toma por sorpresa y se siente como un balde de agua fría. Después de todo, pasé mucho tiempo cerca de ella. Espero que puedan encontrar a la persona que la asesinó y que se haga justicia. Pero hay detalles que no cuadran. No puedo pensar en ningún problema en el que ella pudiera haberse metido. No sabía que estaba involucrada en algo tan grave como para perder la vida. Ya no sé qué pensar. Sin embargo, se me viene a la mente la posibilidad de que esto esté relacionado con las drogas. Samantha consumía cuando nos conocimos y después lo dejó gradualmente. Decía que solo lo hacía para calmar sus nervios y su ansiedad. Tal vez eso fue mentira y ella seguía consumiendo. ¿Sabes algo? Samantha vino a mí para pedirme dinero y me dijo que estaba enferma, pero no me dio detalles porque era una situación difícil para ella. Le di veinte mil dólares y le dije que no tenía que devolvérmelos. Esa fue la última vez que la vi y parecía bastante preocupada. No quise preguntar al respecto, porque sabía que no me lo diría de todas formas. Tenía que respetar su privacidad, después de todo no estamos obligados a contar lo que nos pasa. Ahora que lo pienso, tal vez podría haber hecho algo más.
- Zared, a veces las cosas no se pueden evitar. No creo que debas culparte por algo en lo que no tuviste absolutamente nada que ver. Muchas personas se meten en problemas debido a la adicción y son incapaces de pedir ayuda a su alrededor. Solo quieren que los ayuden cuando ellos mismos se sienten preparados para dejar el vicio. De otra manera, recaerán una y otra vez.
Trago duro.

Sigo sintiendo que esta situación es irreal. Es terrible que ella haya muerto de esta manera. Nunca imaginé que esto le sucedería. Pero no puedo culparme... obviamente no tengo nada que ver.
- Sí, de acuerdo. Por favor, manténme informado - le pido y cuelgo finalmente.
Es domingo, un fin de semana oscurecido. Es irónico que justo un día después del aniversario de la muerte de Leah, ahora se sume la muerte de Samantha. No puedo creerlo. No creo que pueda ir a trabajar como si nada y comenzar a laborar. Todavía estoy demasiado preocupado por Daniel y ahora se le suma la enorme interrogante sobre la razón de la muerte de Leah. Todavía estoy tratando de entender si ella realmente estaba enferma o me mintió para obtener dinero y usarlo para quién sabe qué.
Es intrigante no saber absolutamente nada en este momento. Solo espero que las autoridades logren hacer lo correcto y puedan traer justicia a esta situación. Me siento inquieto, algo en el alma está turbio y estruendoso, hasta el punto de aturdirme. Así es como me siento.

Debería haber justicia. Eso sería lo correcto. No estoy seguro si debo involucrarme en esto. Tengo demasiadas cosas que hacer y podría ser peligroso, considerando mi posición y la imagen que debo cuidar siempre. No debo exponerme en temas que causen revuelo. Pero de cualquier manera, me mencionarán por haber sido pareja de ella. Eso es inevitable.
La prensa ya sabe que fui pareja de Samantha y seguramente se hablará de eso en poco tiempo. Estoy seguro de que los medios de comunicación ya estarán hablando sobre su muerte y me verán involucrado. Eso sucederá.
Capítulo 37
En ese momento, mi madre me está llamando y no quiero tener que hablar con alguien más sobre esta situación. Estoy seguro de que me está haciendo la llamada para saber si es verdad lo de Samanta y si no le respondo, seguro se comenzará a preocupar o va a insistir hasta que atienda. Finalmente, tomo la llamada.
—Madre...
—Hijo, Zared ¡Dios! ¿Ya sabes lo que le pasó a Samantha o si es cierto o solo un invento? —me dice, preocupante.
—No, lamentablemente no es un invento, madre. Samanta ha sido encontrada muerta en su apartamento. Ya se están haciendo las investigaciones para dar con el culpable. También me he enterado hace poco, después de una llamada telefónica con mi abogado Carlos. Él me mantendrá al tanto de la situación. Es algo lamentable, la verdad.
—Oh no... —es lo único que dice mi madre y luego puedo escuchar que está llorando—. No, no puede ser que le haya pasado esto a una joven como ella.
—Mamá, ya se están investigando las posibles causas, pero créeme que ninguna persona le quitaría la vida solo porque sí. Es muy probable que Samanta estuviera metida en problemas, y por eso ha terminado así. Aunque sigue siendo terrible, es algo inevitable también. Así que no se puede hacer nada.
—Lo sé, pero igual era tan joven y llena de vida... No entiendo por qué se habría metido en problemas al punto de terminar muerta. Todo tiene una explicación al final, esperemos que las autoridades puedan esclarecer este asunto de una vez por todas.
—Vale. Yo también quiero que se haga justicia. Samanta también es un ser humano como todos, y no merecía pasar por esto. Pero le ha ocurrido, lamentablemente ha tenido que asumir las consecuencias de sus actos. Probablemente debía mucho dinero o estaba involucrada con algún vendedor de drogas... No lo sé. Aunque me reuní con ella hace poco y me dijo que estaba enferma, por eso necesitaba veinte mil dólares. Y se los di, también le pedí que no me buscara para devolverme ese dinero, que se lo quedara.
—¿En verdad crees que estaba enferma o solo te mintió? Samanta después de todo podía mentir con facilidad, aunque me parece que no estaba bromeando y ahora mira lo que pasó. Todo esto es muy confuso, de verdad —admite y yo solo me desinflo en mi lugar.
También me encantaría tener todas las respuestas y cero incógnitas, pero eso es imposible. Solo debemos esperar las averiguaciones pertinentes, para saber con exactitud qué es lo que ha pasado allí. Mientras tanto, no sabré nada.
Así es como mi madre se despide, asegurando que pronto pasará por aquí para dejar a Rebeca.
Y la llamada se finaliza.
Dejo el aparato telefónico sobre el sofá a mi lado y me quedo mirando un punto en específico, todavía con la sensación de amargura, ese resabio que no se va por nada y que se queda ahora más que nunca. Tantas muertes, dos personas diferentes, sensaciones distintas... pero una cosa en común y es que ambas salieron conmigo. Justo ahora que estaba decidido a avanzar con Anastasia, de expresarle que realmente quiero darle esa oportunidad de intentar llevar una relación más allá de solo estar presente en su vida por nuestro hijo. Quiero formalizar la situación amorosa, pero en este momento se me hace imposible. Incluso pensar en ello se vuelve absurdo.
Así que no puedo hacerlo.
Otra llamada intercepta mi teléfono. En esta ocasión es Camilo.
—Hola... Si me vas a hablar sobre la repentina muerte de Samanta, ya me pusieron al tanto.
—¿Qué? ¿Estás hablando de que mataron a tu exnovia o qué?
—Sí, la han asesinado. La han encontrado muerta esta mañana en su apartamento. Carlos ya me puso al corriente. Pensé que lo sabrías. ¿Qué me vas a decir? Adelante.
—Oh, qué lamentable. Me dejas en shock... Es triste que algo así haya pasado. En realidad te estoy llamando porque quería saber lo que Daniel te dijo.
—Ah, es eso. Pues nada importante —miento, porque después de todo no quiero preocuparlo al ponerlo al tanto. Prefiero callar.
—Vale. Anoche casi no puedo dormir por estar pensando demasiado en ese asunto. Quizás debí llamarte temprano para preguntar sobre eso y no estar con la intriga devorando mi mente. Entonces, no se trató de ninguna amenaza o algo parecido, y eso te puede dejar más tranquilo. Espero que ya no tengas que hablar de esto en otra ocasión. No debe ser fácil verle la cara a un imbécil que le hizo algo malo a una persona que quieres mucho.
—No, solo quería atravesar ese vidrio y golpearlo sin parar. Es lo que necesitaba hacer para liberarme de una vez, pero es imposible. Además, ya lo están golpeando en la cárcel y se lo merece. No hay duda de que le han dado una cálida bienvenida, ¿eh? —apunto y él ríe.
—Pues sí, al final es lo que les pasa a los que actúan mal. En fin, te voy a dejar. Saldré a correr un rato. ¿Por qué no vienes un día de estos?
—Porque tengo mi horario, no puedo. Que te vaya bien. Estamos hablando.
Al fin, nadie más llama al teléfono y estoy agradecido. Aunque luego el teléfono vuelve a sonar y sé que pasaré toda la mañana recibiendo y atendiendo llamadas. Ni modo.
Ya es demasiado. No me imagino si fuera un lunes. Sería terrible.
—Padre... —saludo. Mi progenitor también sabe de la muerte de Samanta y me confiesa que después de todo, ella nunca fue una buena chica.
¿Por qué está siendo tan insensible? No está bien. La verdad, no lo es.