Capítulo 15
914palabras
2024-02-17 03:18
Ese día llegué a casa sintiéndome diferente, con una sensación de paz interior al saber que ya no cargaba con un secreto que había sido una gran carga para mí. Ahora ya no tengo que preocuparme, ya que Zared está al tanto de mi embarazo y me brinda su apoyo. No estoy sola en este proceso y estoy ansiosa porque mi madre llegue y compartirle la buena noticia, sé que también se pondrá muy feliz. Ella había estado preocupada y me había insistido en los últimos días que le contara lo que estaba pasando. Tenía razón, al ser sincera ahora me siento mucho mejor.
Puedo finalmente vivir esta experiencia sin preocupaciones y respirar tranquilidad.
—¿Anastasia, estás ahí? —me sorprende un toqueteo en la puerta. Me levanto de un salto de la cama, aunque después me arrepiento de mi reacción. Nunca antes había sentido tanta alegría al ver a mi madre y la abrazo con cariño, lo que la deja un poco impactada. Me separo y la miro.

—Mamá, hoy finalmente le pude decir a Zared que será papá y no sabes cómo me siento ahora, realmente aliviada. Ya no tengo que cargar con esa mentira sobre mis hombros, guardar el secreto se estaba convirtiendo en un engaño. Pero ya no me siento así y puedo estar completamente tranquila, mamá —le explico y ella me abraza.
Me da suaves palmadas en la espalda como muestra de apoyo y estoy agradecida de tener a personas importantes presentes en mi vida, que nunca se han apartado. Me siento segura de poder superar cualquier obstáculo, siempre encuentro una solución y a alguien en quien apoyarme cuando más lo necesito, y estoy segura de que mi mamá está feliz por eso.
—¿En serio se lo dijiste, cariño?
—Sí, está dispuesto a estar en todo el proceso y eso es reconfortante. Tenía miedo de la decisión que tomaría, pero ahora puedo estar tranquila —respondo y mamá me besa la frente.
—Me alegra mucho que sea un hombre responsable y que se dé cuenta de lo que debe hacer. Y también te admiro por ser valiente. Te dije que todo ocurre en el momento adecuado y es justo lo que está pasando.
—Mamá, aunque Zared quiere ayudarme, no quiero que me vea como una responsabilidad, porque no lo soy. No tengo problema con que se ocupe de nuestro hijo, pero no deseo que pague por mí. No debería permitir eso, mamá.

Ella sonríe.
—¿Estás segura de que ese hombre no tiene algún otro interés en ti? Cuando me dices que quiere ocuparse de todo, incluyéndote, da la impresión de que hay algo más. No lo sé, es solo mi opinión.
—Mamá, no digas tonterías. Nada es lo que parece. Zared solo es demasiado bueno. Estoy segura de que no quiere que me preocupe y se siente un poco culpable por lo que pasó, a pesar de que ambos somos responsables. Así que hace todo lo posible para que...
—Lo entiendo, sé a qué te refieres —me interrumpe con una sonrisa—. Solo deseo lo mejor.

—Gracias.
—¿De manera que ya no tendrás que trabajar en el hotel o me equivoco? —me pregunta y yo niego con la cabeza. —Me alegra también saber eso, porque en tu estado no tienes que laborar. Así que te puedes quedar tranquila, eh.
—Sí, así es. Aunque preferiría no encontrarme de esta manera y continuar trabajando como si nada, pero tampoco puedo volver el tiempo atrás, menos cuando el pequeño dentro de mí se ha vuelto importante para mí, es mi centro, mi luz y mi todo —emito y está de acuerdo con ello.
—Vale, ambas sabemos que esa personita es sumamente importante y cuando llegue aquí al mundo, cambiará nuestras vidas para siempre, hasta yo estoy emocionada, aunque me has hecho abuela demasiado temprano.
—Pues serás una abuela guapa —aseguro y mamá sonríe.
—Así es. ¿Cuándo podré conocer a Zared? Digo, nunca en mi vida lo he visto y ahora que estará cerca tuyo, debería de conocerlo.
—Supongo que debo hablar con él, para decirle y así acordar un día. Porque realmente se encuentra muy ocupado en el trabajo y en todo lo demás. Cuando te digo que es un hombre ocupado, hablo muy en serio y por eso con anterioridad le voy a preguntar sobre lo mismo.
—De acuerdo. Me encantará conocerlo. ¿Es guapo?
Mis mejillas se encienden.
—Mamá...
—Lo es, estoy segura de que es así. Oye —toma mis hombros —. Oye, créeme que no debes sentirte avergonzada si te parece atractivo o guapo, eso no tiene nada de malo, eh.
—Por supuesto que no, es que siempre... o últimamente estás siendo tan directa conmigo que me pone incómoda. En fin, le escribí para saber cuándo puede venir a comer a casa o en cualquier otro lugar donde podamos reunirnos los tres, mamá. Lo prometo.
—Vale. Te dejo. Voy a salir. Deberías venir conmigo.
—No, no quiero salir, mamá —saco un puchero —. Últimamente me siento más a gusto aquí, aunque sé que eso es completamente normal estando embarazada. También, antes de que me lo digas, soy consciente de que debo poner de mi parte para salir y hacer un poco de ejercicio, pero ahora no quiero.
—Bien, menos mal que lo sabes. Porque es bueno para la salud, y para ese pequeño. Nos vemos, te traeré algo delicioso.
Asiento. Estoy segura de que si sigo engordando será culpa de mi madre que no me deja de consentir y traer cosas. Ella es así.