Capítulo 13
1186palabras
2024-02-17 03:17
Dos meses después...
¿Es completamente normal que no tenga que trabajar como antes? A veces me pregunto si es suerte o si se ha tenido en consideración mi embarazo, algo que aún no he revelado. Pero justo hoy, el día en que voy a renunciar, mi abdomen de cuatro meses de embarazo se está evidenciando un poco más. Así que no tengo otra opción que renunciar. Solo así me voy a proteger, y también a mi bebé. No quiero que se ponga en peligro, ya que tengo que hacer muchas cosas, incluso si ya no es así, pondré mi renuncia.
Durante todo el trayecto siento algo de nerviosismo. Porque una vez que renuncie a mi trabajo, he decidido contarle a Zaredsobre mi embarazo. Ahora me siento más segura que hace semanas de decirle, aunque el nerviosismo sigue presente y sigo sintiéndome temerosa ante cualquier respuesta de su parte. Pero ya no puedo posponer algo como esto. En la mochila que cargo conmigo, no solo hay ropa para cambiarme en el trabajo, también la ecografía y mis medicinas que estrictamente debo tomar ahora para velar por el bienestar de mi bebé y mi salud.

Se la daré. Espero que la reciba y pueda aceptar el hecho de que se va a convertir en papá. Pero no soy quien para obligar a nadie a involucrarse más allá de tomar su responsabilidad. En todo caso, prefiero que se involucre completamente y no a medias, tampoco deseo que lo haga a regañadientes.
Bajo del taxi, no sin antes haberle dado el pago al señor. Me aseguro primero de ir al baño para hacer pis. Ya no me aguanto. Al salir, verifico que mi ropa esté en perfecto orden ahora que mi panza está creciendo, he tenido que cambiar de talla y es por eso que ahora, para evitar que se evidencie demasiado, llevo una camisa holgada, al menos así puedo disimularlo y me siento más tranquila. Pero no deja de ser inquietante que tarde o temprano sea descubierto y que alguien más que no sea Sandra o María lo sepa. Sobre todo él, que no deja de visitar el hotel cuantiosas veces y se aparece de forma sorpresiva.
—... Sí, otra vez está aquí —parlotea una chica al entrar al baño, y me doy cuenta de que habla con otra más.
Son empleadas nuevas. Porque nunca antes las había visto y llevan el uniforme.
Dejan de hablar cuando se dan cuenta de que estoy allí.
—Oigan, ¿dicen que ZaredJones está aquí? —cuestiono y ella asiente con timidez.

—Sí, estoy un poco nerviosa porque es la primera vez de ambas trabajando aquí, y justo vendrá el dueño —admite y la otra asiente.
—Yo también lo estoy.
Trago duro. Justo el día en que voy a poner la renuncia, él se aparece por aquí y eso me hace suponer que seguramente tendré que dejarle la carta a él. O tal vez deba ser con el gerente.
—Gracias —suelto y salgo de allí.

Ni modo, si me toca hablar con él, lo tendré que hacer, aunque no quiera hacerlo, es lo que haré.
Obviamente no voy a esperar hasta terminar la jornada hoy para ir al despacho de Braxton y entregar mi carta de renuncia. Ya me venía mentalizando para renunciar hoy y así no tener que trabajar ni un día más, porque incluso con tareas pequeñas, me he sentido un poco agotada. Me duele hasta la espalda. No es bueno para mí.
Sandra y María aparecen en mi campo de visión y me dan un abrazo. Son tan dulces. Las dos saben que voy a renunciar hoy y de hecho las voy a extrañar mucho, pero estoy haciendo todo esto por el bien de mi salud.
—Aquí estás. Aprovecha de hablar con Braxton, quien está a solas en su despacho. Ya sabes que después tendrá a muchas personas entrando y saliendo...
—Bien.
Recuerdo claramente el contrato que he firmado y las condiciones que había allí, todo me parece correcto porque no sabía que en el futuro me pasaría algo así. Pero confío en que se puede rescindir, sabiendo que en mi estado me es imposible dar lo mejor de mí aquí.
Pero luego recuerdo que Braxton es un hombre bastante tedioso y posiblemente no se lo tome muy bien. Así que empiezo a pensar que podría ser mejor contarle a Zared de mi embarazo y solo de esa forma comprenda el motivo por el que necesito dejar de trabajar aquí. Pero nada es seguro.
Aprovecho la mañana para hablar con Braxton. Ya estoy frente a esa puerta, que tardo algunos segundos en tocar y cuando lo hago, recibo una respuesta no tan agradable de su parte. Nada sorprendente viniendo de él.
Me adentro y quisiera salir corriendo a la vez, porque nunca me ha gustado el ambiente que se siente allí dentro. Él me mira y yo me lleno de aire. Intento atrapar en el proceso también un poco de valentía. Es tan difícil...
—Señor Braxton, buenos días. Estoy aquí porque quiero entregar mi carta de renuncia.
Él me mira sorprendido y luego se echa a reír.
—¿Puedes repetir lo que has dicho? No te entendí... ¿En serio crees que puedes renunciar? —expulsa y me tiemblan las manos.
—En realidad, la razón por la que quiero renunciar es...
No me da tiempo de terminar de hablar porque la puerta se abre sorpresivamente y cuando me giro para ver quién ha hecho acto de presencia, lo veo a él, Zared.
—Por supuesto que puede renunciar.
Hasta Braxton se pone en pie al escuchar su voz.
-Señor...
-Braxton, me encargaré de este asunto.
-Como usted diga, jefe -le expresa y ahora lo miro a él, boquiabierta, porque no soy capaz de gesticular.
-Señorita Strousman, espéreme afuera, por favor -me pide y yo solo obedezco.
No estoy entendiendo lo que pasa.
Afuera espero algunos minutos, entonces cuando menos lo espero alguien me toma de la mano y me lleva casi arrastrando hasta meternos a un elevador diferente. Es mucho más elegante, solo entonces sé que se trata de la exclusividad para él.
-¿Por qué tendrías que decirle, eh? Anastasia...
-¿Qué?
-Ya no te hagas -me advierte con la mirada, no es una súplica, lo que hace a continuación me quita el aire por completo, y es que se ha acercado lo suficiente hasta poner sus palmas sobre mi abdomen y conectar conmigo.
-Lo haría... -se me rompe la voz en el proceso-. Te prometo que sería sincera contigo, justo hoy te diría la verdad, pero...
No puedo más, lo abrazo fuerte, y creo que en cualquier momento sucederá el rechazo de su parte, en lugar de ello, me corresponde e incluso siento un beso sobre mi coronilla. ¿Es lo que creo que significa que quieres transmitir con ese beso?
-Mírame a los ojos -dice, y lo veo.
No dejo de rodear su cadera y él amablemente se encarga de limpiar mis ojos.
Zared
-Shh, no llores más, ¿me ibas a decir que estás embarazada de mí?
-Sí.
-Ya lo sabía, solo estaba dándote la oportunidad de que tomaras la decisión de decírmelo.
Me quedo sorprendida.