Capítulo 27
1254palabras
2022-09-29 22:43
Mirando a su lado, Leila parpadeó y examinó todo el dormitorio.
"Tampoco está en el baño", susurró medio dormida. Su esposo ya se había marchado y el sol recién aparecía tímidamente en el horizonte.
Leila se dio cuenta de que era su primera mañana como la señora de Nate Hill, lo que la hizo sentir una tormenta de sentimientos. Ya extrañaba terriblemente la presencia y el olor de Nate. Deseaba ver su bello rostro y tocar su hermoso cuerpo.

Leila sonrió descaradamente mientras observaba todas las marcas que sus labios y manos habían dejado por todo su cuerpo desnudo. Habían tenido s*xo una vez más, ¡y disfrutó cada apasionado segundo de la experiencia!
Recordaba que él había besado su frente antes de irse a trabajar, como cualquier esposo cariñoso besaría a su esposa. Sin embargo, en lugar de sentirse feliz, Leila frunció el ceño. Luego, se levantó y envolvió rápidamente una toalla alrededor de su dolorido cuerpo.
Se advirtió a sí misma que no debía caer en la trampa de ese dulce recuerdo.
Era solo uno de sus trucos porque Nate solo la consideraba su esclava s*xual, su nuevo juguete. Le estaba pagando para convertirse en eso. Todas esos dulces gestos solo los hacía para ponerla más ansiosa en la cama.
Por supuesto que él era bueno en la cama, ¡teniendo la experiencia de un mujeriego!
Ese imb*cil arrogante no sentía nada por ella, y nunca lo haría. Nate Hill no podía amarla, ya que Selena Samuel poseía su corazón.

¡Sí, ya había recuperado la cordura!
Leila se sintió increíblemente humillada al darse cuenta de que no podía resistirse a sus avances s*xuales. No importaba lo que hiciera, su cuerpo no podía rechazar el atractivo s*xual de Nate.
Pero había decidido no seguir su juego, así que no tuvo más opción que mantenerse alejada de él. Después de vestirse, empacó lo suficiente para unos días y salió de la casa de Nate.
"Señora Hill, ¿adónde la llevo?", preguntó Tim, un poco confundido por su repentina aparición. Tenía la costumbre de quedarse esperando frente a uno de los autos de Nate.

"Llévame a Greece Inc., por favor, Tim", respondió Leila con determinación. Ocuparía su mente con el trabajo y descuidaría sus deberes maritales.
"Está bien", respondió Tim abriéndole la puerta. Ni él ni Nate esperaban que Leila quisiera ir a alguna parte, pero su jefe dijo que tenía permitido trabajar. Si la señora Hill decidía ir a otro lugar, tenía el deber de informarle a su esposo.
Durante los siguientes días, Leila se dedicó a diseñar.
Necesitaba ponerse al día para participar el próximo mes en un famoso concurso de modas.
Si lo ganaba, la empresa de su familia sería el centro de atención y ganaría fama. Además, con el dinero extra, pagaría su deuda con Nate y se divorciaría antes de lo planeado.
Leila no se molestó en llamar a Nate ni en regresar a casa. Tenía todo lo que necesitaba en su oficina, incluyendo una pequeña cama y una ducha.
El primer día, Nate llegó a casa antes de las cinco de la tarde y se quedó esperando a Leila. A las ocho de la noche, se enojó al ver que ella aún no llegaba a casa, así que le envió un mensaje.
'¿Dónde estás?'.
'Estoy trabajando', respondió Leila.
'¿Cuándo regresas a casa?', preguntó él, pero esta vez no hubo respuesta.
'Contéstame', insistió Nate. Sin embargo, ella ni siquiera leyó su último mensaje. La actitud de Leila lo estaba enloqueciendo, pero no podía demostrarlo.
Ninguna mujer afectaba a Nate Hill. No le rogaría que volviera a casa. ¡Al diablo con esa mujer! Leila Swift no era nadie para él. No obstante, se quedó dormido esa noche solo después de beber dos vasos de whisky.
Al día siguiente, sucedió lo mismo. Leila seguía sin regresar. Nate entró a un bar con la esperanza de encontrar una mujer que calentara su cama, pero extrañamente no le interesó ninguna.
Una vez que regresó a casa, se dedicó a dar vueltas y revolcarse solo entre las sábanas.
Al tercer día, Nate decidió probar el método de Leila y pasó la noche en su oficina después de trabajar todo el m*ldito día. No obstante, le resultaba imposible dejar de pensar en ella.
Al cuarto día, Nate planeaba volver a trabajar todo el día y la noche, pero recibió un mensaje. 'Nate, ¿te gustaría que cenemos juntos? Ha pasado mucho tiempo. Te extraño. Selena'. Él suspiró de alivio.
'Vale', respondió. Si otras mujeres no podían sacar a Leila de su cabeza, tal vez Selena lo lograría.
Selena esbozó una sonrisa cuando leyó la respuesta de Nate. No había dudado ni un poco, sino que aceptó su invitación de inmediato.
"¡Lo sabía! ¡Nate aún me ama! ¡Lo sabía!", gritó levantándose del sofá. Sobre un pie, hizo una pirueta completa, como si su sala fuera el escenario de ballet.
Nate Hill era muy diferente al Nate Rush que conoció en la secundaria.
El primer Nate era tal cálido como el sol, con ojos dulces y radiantes. Selena siguió bailando. El otro Nate era frío y exudaba un aura casi amenazante. Pero su cambio de carácter no la molestaba.
Al menos no mientras fuera Nate, el heredero de la Corporación Hill, el primero en la lista de multimillonarios de Londres.
Selena dejó de bailar. "¡Pronto seré la señora de Nate Hill!", exclamó para aumentar su confianza en sí misma. Sus recuerdos con Nate la abrumaron y las escenas del pasado empezaron a proyectarse en su mente.
Ese día, su papá se emborrachó como siempre lo hacía. Estaba acostumbrada a sus palizas diarias, ya que era un hombre alcohólico y maltratador. Su hogar había sido un campo de batalla durante años.
Pero él nunca la había golpeado frente a su escuela hasta esa mañana. Tal vez fue porque sus padres se había divorciado hacía solo una hora, ella se enteró más tarde.
Nadie la ayudó. Selena no tenía ni idea de por qué su padre había ido a su escuela. A él nunca le importó su educación ni lo que hacía.
Selena se sintió impotente y avergonzada. Solo esperaba que pronto dejara de golpearla frente a sus compañeros y se fuera.
"¿Qué estás haciendo? ¡Deja de golpearla!". De repente, un chico desconocido apareció junto a ella y detuvo la mano de su padre borracho. Luego, le dio un puñetazo en el rostro para alejarlo de Selena
"Mi nombre es Nate Rush", se presentó el chico mientras limpiaba sus heridas. Era un nuevo estudiante que acababa de inscribirse en su escuela.
Esta vez, Selena lo vio con toda claridad. Era muy guapo, gentil y bondadoso. Como era un recién llegado, no tenía amigos, así que rápidamente entablaron una amistad. Después de pasar tanto tiempo juntos, su amistad tomó otro rumbo y ella se convirtió en su novia tras unos meses.
Selena solía bailar frente a Nate, y él siempre la animaba para que se convirtiera en bailarina profesional de ballet. Nate sabía mucho y le contaba nuevas noticias del mundo de los negocios.
"¿Cómo sabes todo eso?" preguntaba ella. Sin embargo, él nunca respondía y se limitaba a sonreír misteriosamente.
Selena admiraba su inteligencia, y supuso que Nate venía de una familia de clase alta. Londres estaba repleto de personas con mucho dinero. Sin embargo, nunca imaginó que fuera el único heredero de la familia Hill.
Si tan solo lo hubiera sabido, la situación habría sido muy diferente. Ya se habría convertido en la señora de Nate Hill.
Pero ahora corregiría ese pequeño error.