Capítulo 53
1680palabras
2022-07-25 14:44
¿Se enamoraría de él?, fue la pregunta que quedó flotando en el ambiente.
Esto pareció haber molestado a Gregary, miró a Nelson y con cierta fría burla le dijo: "¡Jaja, será mejor que comiences a cuidarte un poco! ¡Si no te esfuerzas lo suficiente por hacerlo tu amante se irá con otro!"
De inmediato la expresión de Nelson cambió, y dijo: "Gregary, ¿podríamos hablar de otra cosa?"

"¡M*erda! ¿Acaso debo contener las ganas de de golpearlo?", pensó Nelson calladamente.
Él no tuvo otra opción que guardarse la ira que sentía. Lo que escuchó revelaba sin duda cierto resentimiento, quizá era una forma de venganza. Sin embargo, después de calmarse, miró al hombre, y le extendió una amplia sonrisa. 
"Gregary... para atender el problema de que no puedes relacionarte con las mujeres, ¡tengo información que apreciarás! Podrás iniciar un tratamiento terapéutico con un especialista que en unos días llegara a Ciudad B. ¡Creo que es lo que estabas esperando! ¡Ahora podrás deshacerte de Laurel de una vez! Por cierto, la terapeuta es una mujer muy hermosa!", dijo complacido. 
Gregary lo miró con frialdad. "¿Ya terminaste de hablar?", preguntó inquisitivo. "Si es así, entonces sube y encárgate de tratar a Ansel. Pero, ¡ten cuidado! ¡Si persiste algún problema, eres la única persona autorizada para preguntar!", aclaró.
"..." Nelson, tras ecucharlo atentamente, se quedó sin palabras. ¿Acaso sus palabras lo habían provocado? 
A él lo llamaron para que asistiriera en cualquier momento al hospital, y así lo había aceptado, ¡pero ahora sentía que lo rechazaban!  

......
Ya en la habitación del hospital, Nelson halló a la mujer de quien estaba hablando y la evaluó detenidamente.  
En su rostro destacaban unos labios rojos, dientes blancos que lucían como perlas, ella tenía una cara tan pequeña como la palma de la mano, se veía especialmente pura y muy hermosa. La sencilla chaqueta a cuadros y los vaqueros que llevaba puestos le daban un aspecto de mayor pureza e inocencia. 
"¿Eres Laurel Kelly?", preguntó Nelson.

Laurel miró con curiosidad al hombre que se portaba gentil y elegante. Él llevaba un par de anteojos con montura dorada y había aparecido de repente en la sala causándole una agradable sorpresa. 
"¡Sí, soy yo! ¿Puedo preguntarle quién es usted?", dijo la mujer con cautela.
¿Por qué razón últimamente los hombres guapos habrán comenzado a asediarla? 
¿Tendría que ver con lo dicho por Martha acerca de la suerte que le estaba deparando la vida en este tiempo? 
Sin embargo, pudo notar cierta emoción subyacente en la mirada de Nelson. Y él se adelantó a presentarse sin ocultar su emoción: "Soy Nelson White, un buen amigo de Gregary Stewart, ¡también como médico estoy a cargo del tratamiento de Ansel!"
Finalmente, estaba frente a la única mujer que le había interesado a Gregary, pero en realidad, no sabía por qué comenzó a experimentar un poco de decepción.
Él pensó que Gregary tenía un buen gusto para las mujeres. Evidentemente, la que le llegara a gustar, debía ser una maravilla, posiblemente tan hermosa como las hadas.
Al enterarse de que él venía de parte de Gregary, Laurel inmediatamente se deshizo de los pensamientos que la asaltaron por un momento, y se puso alerta de inmediato. Sus ojos, sin embargo, entraron en pánico y fue directo a pararse frente a Ansel, como lo haría una gallina protegiendo a su pollito.
"¿Qué... qué es lo que va hacerle a mi Ansel?", preguntó.
Al verla en esa actitud mostrando sus ojillos vigilantes y alertas, Nelson no tuvo otro recurso que reír. "¡Hmph! Señorita Laurel, no tema, vamos, no me mire así. Yo no tengo malas intenciones. ¡Solo estoy aquí para tratar a su hijo!"
Aún así, Laurel no quería que nadie que estuviera relacionado con Gregary, especialmente si eran médicos, se aproximara a Ansel.
Ella temía que pudieran sospechar sobre la verdadera identidad del niño. Y pensó que estos médicos se pusieran a curiosear sobre el caso, llegarían a conclusiones que ella misma desconocería cuáles podrían ser las consecuencias.
La probabilidad de que esto ocurriera era una entre millones; sin embargo, ella estaba preparada para asumir el riesgo. 
Entonces Nelson la miró con una expresión confundida. "Señorita Laurel, ¿por qué está usted tan nerviosa?", preguntó inquieto.
Laurel se dio cuenta que se había extralimitado en su proceder. Y tratando de rectificar, sonrió de forma poco natural y realizó un gesto nervioso al lado de la cama donde se encontraba. "Dr. White, tendré que molestarlo con mis preguntas. ¿Por qué mi hijo no ha despertado todavía?", interrogó con preocupación. 
Nelson se encaminó hacia el niño y sacó una pequeña linterna del bolsillo. Abrió los ojos de Ansel y lo alumbró. "¡No te preocupes, seguramente se despertará por la noche!", respondió el médico con seguridad.
"Eso es genial. ¡Muchas gracias, Dr. White!" Laurel estaba muy feliz al escuchar el dictamen.
"¡Por nada!" Y Nelson quedó gratamente impresionado por la brillante y hermosa sonrisa que se había descubierto en el rostro de Laurel.
Los hoyuelos superficiales en sus mejillas, junto con la forma agraciada de sus cejas, hacían que las personas se sintieran muy cálidas al lado de esta mujer.
Este tipo de hembra, pensó él, ¿solo la buscó Gregary para curar su "enfermedad"?
Al salir Nelson de la sala, Laurel de inmediato corrió en busca de la enfermera, pues quería compartir con ella un comentario sobre el doctor.
En efecto, Nelson White, era un hombre joven de 28 años perteneciente a la familia White, un grupo grande, rico y poderoso de la Ciudad B. Él era doctor en medicina, y experto en cirugía interna y genética. Se le consideraba como el profesor más joven y honrado de la Universidad A.
Laurel se quedó impresionada cuando escuchó todo esto acerca de tan brillante médico.
Por su puesto, las personas del círculo social de Gregary eran las más destacadas de la ciudad. La gente común solo se relacionaba con ellos por la admiración que les profesaba. 
Pero el hecho de que alguien tan importante viniera a tratar a Ansel, en lugar de aliviarla, la llenó de una mayor preocupación. 
Era evidente que entre Nelson y Gregary había una relación muy especial. ¿Acaso lo enviaron para que investigara la verdadera identidad de Ansel? Después de todo, él era un médico especialista en genética.
¿Un experto en genética? Esta interrogante la plagaba de pavor. ¡J*der, era nada más y nada menos que un experto en genética!
Pero por los momentos, no había otra opción, sino aceptarlo. 
A las once de la noche, Ansel finalmente despertó. Él movió sus manos y abrió los ojos y miró confundido alrededor.
"Abuela...", llamó con voz leve. Después de estar en coma durante dos días y de haber perdido mucha sangre, ahora Ansel mostraba un aspecto débil.
La palidez que expandía su rostro era suficiente para que le doliera el corazón.
"¡Ansel! ¡Por fin despertaste!" Al escuchar la voz de su nieto, Meroy derramó lágrimas y al mismo tiempo se rió. Ella estaba tan emocionada que no sabía qué hacer. "¡Laurel, Ansel se despertó!", gritó con emoción. "¡Ansel está despierto!"
Laurel, que se encontraba ocupada en el baño, tiró la toalla y salió corriendo. "¡Ansel! ¡Estás despierto, Ansel! ¿Sabes, casi matas de miedo a mamá?", dijo.
Laurel con una felicidad desbordante tomó la mano de su hijo. Ella se portaba como si hubiera perdido un tesoro precioso y de pronto logró recuperar. De inmediato, sus ojos se llenaron de lágrimas.
Ansel le sonrió, pero era una sonrisa pálida. Sus pequeñas manos que estaban perforadas con innumerables pinchazos, tocaron con suavidad el rabillo de los ojos de Laurel. "¡Mami, perdóname, no quise preocuparte! Ya estoy bien. ¡Por favor, no llores más!", dijo.
Laurel trataba de no llorar y, al mismo tiempo, no podía contener las lágrimas. Sin embargo, después de escuchar lo que dijo Ansel, fue inevitable que las lágrimas brotaran de sus ojos.
"¡Ansel, todo fue culpa de mami que no pudo protegerte!" Laurel estaba asustada, por eso lo abrazó con ternura: "Ansel, ¿te sientes mal? ¡Llamaré al médico si acaso estás mal!"
Mientras decía estas palabras, ella accionó el timbre que estaba colocado junto a la cama.
Entretanto, Nelson acababa de recibir una llamada del castillo informándole que Gregary se encontraba enfermo de nuevo, y pedía que Laurel fuera a verlo.
Tenía prisa, aún así pudo enterarse de que Ansel se había despertado, por lo que se apresuró. 
"¡Eres un buen chico! Pero déjame mirarte bien. ¡Vamos! ¡Saca la lengua!"
Nelson revisó a Ansel e inmediatamente respiró aliviado, y dijo: "¡Señorita Kelly, Ansel está bien! ¡Se ha recuperado!"
"¡Eso es genial! ¡Es una gran noticia, Sr. White, muchas gracias!", dijo con emoción la mujer.
"¡Oh!" La expresión de Nelson cambio repentinamente, y dijo: "Señorita Kelly..."
"¿Hay algo más que quiera decirme? ¿Le pasa algo a Ansel...", se inquietó.
"¡No, no!" Y Nelson miró a Meroy y a Ansel, y le guiñó un ojo a Laurel invitándola a salir afuera! "¡Salgamos y hablemos!"
Laurel siguió de prisa a Nelson y ambos salieron de la sala, la puerta se cerró detrás de ella. Y sin esperar preguntó: "¿Qué pasó? ¿Por qué se encuentra tan ansioso?"
Nelson se detuvo y fue directo al grano. "¡Señorita Kelly, Gregary la necesita, ahora! ¡Prepárese, conseguiré un auto de inmediato para enviarla a donde está él!"
El corazón de Laurel se agitó, en un momento se resistió a acudir. 
"Pero, Ansel acaba de despertar... Qué más... y ya es medianoche, ¡Gregary seguro ya estará durmiendo! ¡No me parece sensato ir, yo no tengo nada que hacer a esta hora con él!"
Al ver que ella se negaba, el rostro de Nelson se puso serio.  "Señorita Laurel, usted ha llegado a un acuerdo con Gregary. ¿Acaso piensa romper su promesa? ¡Nadie en este mundo se atrevería a romper una promesa con Gregary! ¡Yo, en verdad, le aconsejo que priorice sus asuntos!"
"Uh ~" ¿Todas las personas gentiles y elegantes suelen actuar como él?
Sin embargo, Nelson tenía razón. Si se atreviera a jugar con Gregary, probablemente no sabría cómo terminaría con su vida.
Ella hizo un gesto rígido y respondió: "¡Está bien! ¡Yo iré!"