Capítulo 39
688palabras
2022-07-21 09:41
Gregary se inclinó para susurrarle al oído. Su voz era baja y agradable, pero su tono era siniestro y sarcástico. Volvió a pellizcarle la barbilla.
"Hummm, ¿tú?, eres una mujer casada. ¿En serio crees que podría enamorarme de ti?".
Laurel sintió que su corazón se ahogaba.

Si la despreciaba tanto y pensaba tan poco en ella, ¿por qué se había tomado la molestia de traerla a la fuerza?
En ese momento, la puerta se abrió inesperadamente.
Ansel entró caminando de la mano de Julie. Vio lo que estaba ocurriendo y sus ojos se llenaron de rabia.
Soltó la mano de su nueva amiga y corrió hacia Laurel. "¡Mami! ¿Estás bien?": Volteó a ver a Gregary y le dijo: "¡Qué malo eres!".
Ansel comenzó a lanzarle puñetazos y patadas con una mirada de odio puro.
Como salió disparado, no se dio cuenta que empujó a Julie tan fuerte que casi se cayó. La carita de la niña se transformó al ver que su amiguito estaba golpeando a su papá, de inmediato corrió hacia allá, visiblemente molesta. 

"¡Oye! ¡No le pegues a mi papá!".
Los ojos de Gregary se volvieron fríos. Agarró a Ansel por el cuello y lo levantó con facilidad. "Chico, ¿quieres que te mate? ¡Cómo te atreves a empujar a mi hija!".
"¡Cómo te atreves tú a molestar a mi mamá!" La carita de Ansel se puso roja, pero sus brazos y piernas eran tan pequeñitos que ni siquiera podía alcanzarlo. El niño se veía demasiado cómico moviendo salvajemente sus extremidades en el aire.
En cuanto entraron al castillo, se llevaron a Ansel lejos de donde estaba su mamá. Él quería buscarla, pero se encontró con Julie.

La niña lo invitó a jugar, le prestó sus juguetes y había mucha comida deliciosa, le aseguró que su mamá estaría bien porque su papá era muy buena persona.
Los guardaespaldas no le quitaban la vista de encima al niño por lo que era simplemente imposible que se pudiera escapar. Ansel poco a poco fue adquiriendo confianza y se puso a jugar con Julie.
Escuchó que su tío Hogan había venido a recogerlos. Ansel estaba impaciente por verlo, pero nunca se imaginó que se iba a encontrar con tal escena. El niño reaccionó como un pajarito furioso y corrió al rescate de su mamá sin pensarlo dos veces.
Lo que hizo Ansel asustó mucho a Laurel. Su rostro estaba completamente pálido. Se levantó y lo abrazó con fuerza. "¡Gregary! ¡Déjalo ir! ¡Vas a hacerle daño!".
Gregary miró a Hogan con una expresión oscura y sombría, como Satanás cuando acababa de ser desterrado al infierno. Le dijo con desdén: "¿Dónde crees que estás? ¿Cómo te atreves? Tu hijo acaba de empujar a mi hija. ¡Quiero que dejes una mano aquí a cambio!"
¿Su hijo?
Al parecer Gregory había entendido algo mal.
Hogan estaba un poco sorprendido por la petición de Gregary. Laurel estaba a punto de explicarlo todo cuando Ansel de repente se arrojó a los brazos de Hogan guiñándole un ojo. "¡No te atrevas a tocar a mi papá!".
Laurel miró al niño en estado de shock. "Ansel, ¿de qué estás hablando? ¡Hogan es tu tío!".
Sin embargo, Hogan la interrumpió antes de que pudiera dar más detalles. "Laurel, está bien. Si el señor Stewart quiere una de mis manos, ¡puedo dársela!".
Después de eso, miró a los guardaespaldas que estaban detrás de Gregary, levantó un brazo y retándolos les dijo: "¡Adelante!".
"¡No no!". Ansel y Laurel gritaron al mismo tiempo y abrazaron a Hogan. Parecía que los tres luchaban contra un enemigo común.
De pronto Gregary agitó la mano y le dijo a Laurel: "¡Fuera de aquí! ¡No quiero verte nunca más!"
Se sintió como poseído, tanto que llegó al extremo de poner a prueba al esposo de Laurel para comprobar si realmente la amaba y era capaz de dar su vida por ella.
¡No esperaba que ese hombre se mantuviera tranquilo con un arma apuntándole a la cabeza!
Aunque estaba discapacitado, no le tenía miedo en absoluto. Este hombre tenía agallas.
Gregary decidió cargar a Julie y subir las escaleras. Toda esta situación lo había puesto demasiado incómodo.