Para ser honesta, Diana no esperaba que Laurel fuera tan afortunada y quedara embarazada después de pasar una noche con el hombre.
Sin embargo, su embarazo fue una buena noticia para ella.
Había pensado que Gregary posiblemente no reconocería al niño. Después de todo, ¡era algo tan inusual!
Mas, para su agradable sorpresa, él fue lo suficientemente hombre y asumió toda la responsabilidad. Por lo tanto, después de hacerse la prueba de ADN, no solo reconoció a Julie como su hija, sino también a Diana como la madre de esta.
Durante ese tiempo, Gregary les pidió a sus hombres que le compraran las joyas, los bolsos y la ropa que ella quisiera.
¡Una vez adicta a sus mimos, casi creyó que la amaba en verdad!
Pero entonces...
Cuanto más tiempo pasaba, menos podía leer sus pensamientos.
Sumado a eso, Gregary nunca mencionó nada sobre casarse con ella, lo que la molestó mucho. Afortunadamente, no había ninguna mujer a su alrededor, lo que era un gran alivio.
Al pensar en eso, su estado de ánimo mejoró y sus cejas se arquearon.
Además, Gregary amaba tanto a Julie, que mientras tuviera a la niña bajo su control, ¡él se casaría con ella tarde o temprano!
En tanto, la criada ya había ido a la cocina a sacar el helado de trufa de chocolate de la nevera, el cual, aunque parecía algo ordinario, era el equivalente comestible del oro.
Era tan caro, que la gente común no podría imaginar comer algo así.
Por consiguiente, la criada miró la pequeña bola de helado en el plato y suspiró en su interior.
"¡Déjame hacerlo!". De pronto, Diana tomó la bandeja y caminó hacia Gregary y Julie, quienes estaban sentados en el sofá.
El hermoso rostro de Diana se iluminó con una sonrisa, como una flor bortando en primavera, y su voz era tan suave como las olas en el agua. "¡Julie, ven! ¡Pruébalo!".
Mientras decía eso, tomó un poco de helado y metió la cuchara en la boca de la niña.
La pequeña abrió la boca y dejó que la cuchara aterrizara en su lengua. De repente, sus ojos brillaron con el delicioso sabor, asintió con vigor y pronunció una serie de elogios casi incomprensibles para el helado, "¡Mmm! ¡Delicioso!".
"¡Come otra cucharada si gustas!". La mujer, que lucía radiante, desvió su mirada y se sentó en el sofá, queriendo tomar a Julie de los brazos del hombre. "¡Gregary, déjame sostenerla!".
Justo en ese momento, el teléfono móvil del Sr. Stewart sonó, y cuando vio el nombre, entrecerró los ojos.
Entonces, observó la mirada satisfecha en el rostro de su hija y sonrió con cariño. "Julie, ve a jugar con mami ahora. ¡Tengo trabajo que hacer!".
"¡Adelante, adelante!", parpadeó la pequeña. Con la comida deliciosa a su alrededor, estaba dispuesta a dejar a su papá solo por el momento.
"¡Ve a trabajar tranquilo! ¡Me quedaré con Julie esta noche!", dijo la mujer de manera virtuosa.
Gregary nunca le había quitado a Diana su derecho como madre de Julie, pues sabía mejor que nadie la importancia del amor materno en el crecimiento de un niño.
Por lo tanto, no dijo nada más y solo atinó a ponerse de pie mientras contestaba el teléfono. Se dirigió al estudio en el segundo piso y preguntó; "¿Qué pasa?".
La persona al otro lado del teléfono estaba obviamente acostumbrada a su distante forma de hablar y no parecía molestarse. "Gregary, atrapé a la persona que te drogó anoche. Adivina quién es", dijo alegremente.
"¡Oh! ¡No me interesa adivinar! Solo dime quién es ahora", contestó él.
"Oye, ¿qué te pasa? ¿Por qué no puedes divertirte un poco? ¡Con esa actitud, no me extraña que no le gustes a ninguna mujer! Ja, ja, ja...".
Antes de que pudiera terminar de burlarse, fue interrumpido por Gregary, quien estaba a punto de perder la paciencia. "¡Solo trae a esa persona directamente al castillo!".
"Está bien, no te preocupes. Solo dime, ¿en verdad no hay ninguna mujer que te guste? ¡Ja!".
Al escucharlo, él prefirió colgar la llamada.
La misteriosa persona al otro lado del teléfono era Atwood Perry, el heredero del Grupo Mu. Cuando notó que le había colgado, sus seductores ojos se abrieron de par en par con incredulidad, y todo lo que quería hacer ahora era maldecir.
¿Qué estaba tratando de conseguir? ¡Nadie le iba a agradecer por lo que había hecho! ¿No se estaba solo ganándose problemas por ayudarlo?
Sin embargo, él siempre había sido un fiel seguidor de Gregary, y hasta lo admiraba mucho.