Y ahora nos encontramos en el segundo piso de la Torre Eiffel, hemos subido en ascensor. La vista desde aquí es incomparable, sabía que era un lugar increíble, pero no así. Todavía sigo boquiabierta y es imposible no dejar de sorprenderme con ese panorama que se ofrece aquí, porque una persona al menos una vez en su vida debería venir a conocer este lugar, nadie se arrepentirá de haber venido. Es todo muy hermoso. Me encanta, sinceramente... Es todo un regalo para la vista.
—He venido en diferentes estaciones para capturar la ciudad en distintos momentos. Créeme que ha valido la pena venir y sacar algunas fotografías, después te las puedo mostrar. Todavía hay un montón de fotos que quiero tomar, pero el trabajo me lo impide. Son muchas cosas las que debo hacer en la empresa de mi padre que me impiden tener más tiempo libre del que quisiera, en lugar de solo un poco nada más.
—¿Puedo saber por qué has escogido ser diseñador gráfico en lugar de convertirte en un fotógrafo profesional? Entonces podrías hacer lo que más te apasiona, ¿no?
—Como siempre, los padres parecen aventarte hacia algo que ellos dicen que es mucho mejor, así es como terminé por escoger la carrera de diseño gráfico en la universidad, en lugar de especializarme en fotografía. Te digo que hay ocasiones en las que me he visto tentado a cambiarlo, pero como ya te dije la otra vez, el diseño gráfico también se relaciona un poco con la fotografía, por eso no me parece algo tan malo. De hecho, me defiendo bien en mi trabajo. Además, cabe recalcar que soy el único hijo de mi padre, así que quiera o no, seré quien tome el control de la compañía cuando él ya no esté. Pero no es algo malo, realmente me gusta mucho lo que hago, así que no puedo decir que estoy obligado a hacerlo.
—Entonces debería estar agradecida con mis padres. Ellos en ningún momento me han obligado a estudiar alguna carrera. Ellos pueden ser estrictos, todo lo que se te pueda venir a la mente, pero al final han entendido que solamente yo soy quien debe elegir lo que voy a hacer con mi vida. Obviamente voy a escoger una carrera universitaria. Todavía tengo que terminar el último año de secundaria, no lo he podido hacer antes.
—Así es. Entonces te deseo mucha suerte. ¿Ya has podido decidir qué estudiarás o aún te lo sigues pensando? —me dice y no sé qué responder.
Eso me lo sigo pensando.
—No, aún no tengo muy claro lo que quiero hacer, pero hay diferentes opciones que ya se pasan por mi cabeza. Debería evaluar un poco más qué me conviene o no, puede ser que no sea tan malo algo que me guste y termine siendo una decisión desastrosa. Pero...
—Pero puedes seguir lo que te dicte tu corazón —asegura—. ¿Ves todo eso?
—Es la ciudad...
—Y es grande, la habitan muchas personas. Bueno, cada una de esas personas también tiene preocupaciones y sueños por cumplir, y aunque algunas veces nos podemos sentir un poco chiquitos en un mundo gigantesco, no deberíamos tener miedo. Créeme que no deberías tener miedo. Todo estará bien —asegura, dedicándome una sonrisa, y decido confiar en ello.
—En ese caso debería ser más positiva y confiar en que podré hacer algo que me guste. Supongo que ese es el mayor temor al que siempre se enfrentan los jóvenes, y no estoy exenta de sentirme igual.
—Sí, es así... ¿Quieres que vayamos a visitar un parque a esta hora? Hay muchas personas de un lado al otro, y la diversión es buena. En cambio, el panorama no es el mismo durante la noche. Además, ahora es un poco más seguro. Podremos estar incluso solo una hora si quieres, te prometo que la pasarás bien. No te arrepentirás de ir, ¿eh? —señala.
Me parece una buena idea poder ir a ese lugar que me estás diciendo, es realmente agradable ir a un parque para divertirme después de tanto tiempo. Siento que ahora todo toma sentido, las cosas siempre pasan por algo, buenas o malas, y son las situaciones trágicas las que más adelante de alguna u otra forma se tratan de compensar.
Es lo que, al menos yo, pienso de todo lo que he vivido. Que no ha sido nada fácil para mí. Pero ahora Francois me hace ver la vida de otra manera. Lo logra con tanta facilidad que me captura el corazón. Lo hace como si no le costara en absoluto.
—Francois... Antes de venir a París, pensé que me la pasaría muy mal. Al menos yo creía que no estaría tan contenta porque la verdad he tenido diferentes problemas en mi vida y estaba triste, pero mi hermano me invitó a Francia junto a su pareja porque sabía que el viaje me alegraría. No estaba tan convencida, pero terminé por aceptar. Ahora que te he conocido todo tiene sentido. Me siento mejor —digo y él me mira deslizando una de sus matadoras sonrisas, que solo intensifica su atractivo y ese aleteo constante dentro de mi estómago que solo ese chico es capaz de provocar. Ni con Daniel me había sentido de esta forma.
—Si te he alegrado el día, entonces me voy a sentir mejor conmigo mismo. No es bueno que alguien tan hermosa como tú esté triste, ¿eh?
Entonces le sonrío, tiene toda la razón del mundo. No debería volver a llorar por el pasado, que debe quedarse en su lugar y no retornar nunca más a mi mente. Esa es la resolución que debería tomar. Pero recurro a ella con nostalgia. Me cuesta separarme del pasado. Repentinamente, las lágrimas salen de mis ojos y lo más inesperado es que él cariñosamente acerca las yemas de sus dedos para eliminar el rastro de tristeza que escapó sin mi permiso.
Entonces me abraza. Y se siente tan cálido.
Ya han pasado varias semanas desde nuestra estadía en Francia y no he dejado de verme con Francois. Hemos estado siendo muy cautelosos y, gracias a Anastasia, no he levantado ni una sospecha. Eso no quiere decir que no haya salido con ambos, Daniel y Francois, obviamente, para no ser descubierta lo he hecho. Pero, aún así, he pasado más tiempo con Francois. He sido una chica feliz a su lado. Ha logrado en poco tiempo cautivarme y sentirme ferozmente atraída hacia él. ¿Puede ser que mis sentimientos estén equivocados? No lo creo. Esto se siente como un verdadero enamoramiento. No puedo comparar jamás lo que sentía con Daniel, que de una ilusión pasó a ser una confusión cuando me di cuenta que ya estaba en sus manos, siendo manipulada. Francois es distinto, y cada vez me gusta más su personalidad que se vuelve familiar a medida que pasan los días.