Al rato, me da un poco de apetito y decido ir a la cocina para prepararme algo de comida. El apetito no es tan fuerte, pero de todas maneras necesito comer algo antes de irme a la cama y dormir. Ya han pasado algunas horas desde que leí esa carta, y no dejo de sentirme mal. Sí, así es como me siento.
Algo de comida ligera no suena mal. En poco tiempo reuno sobre la isla de la cocina todos los ingredientes que voy a necesitar para preparar ese platillo y me sumerjo en la situación. Dios, es imposible que Samantha salga de mi cabeza ahora y se une a otra pérdida que de alguna manera también es emocional.
Leah y Samantha no están... Inmediatamente pienso en Anastasia y un temor profundo me invade. No quiero perderla. No quiero que lo malo se repita otra vez. Ella poco a poco se está volviendo mi oxígeno, y sin ella, simplemente moriría de asfixia. Quiero que siempre esté presente en mi vida y si algo le pasa, no sé cómo podría seguir adelante. Sería imposible hacer como si nada pasa. Porque ella lo es todo para mí. La amo mucho, ella es mi mundo entero. No se lo he dicho, pero amo a Anastasia.
Estoy demasiado ilusionado por la idea de que vamos a ser pronto una familia de tres, aunque ha llegado inesperadamente a mi vida, ya se ha convertido en una razón más para existir en este mundo... motivos que me animan a seguir adelante y me impulsan.
No podría imaginar una vida sin ella. Trago duro. ¿Por qué la perdería? Está claro que eso no va a pasar. Debería estar más seguro, en lugar de creer que la perderé en cualquier momento.
Probablemente ahora se encuentra despierta o siga despierta como en ocasiones anteriores. No sabría si lo está o no. Pero mientras la comida se está cocinando, aprovecho para marcarle a su teléfono y poder escuchar su voz. No me alejo demasiado de la zona, para estar al pendiente de la preparación y no vaya a salir algo malo o causar algún incidente.
Ahora mismo muero de ansiedad por escuchar su voz y poder saber qué es lo que se encuentra haciendo.
-¿Zared?
Y allí está. Su dulce voz que me llega al alma, que parece ser un aliciente para mí. Es demasiado dulce. De verdad que me atraviesa, y de pronto me hace sentir mejor.
Y solo ha dicho mi nombre...
-Soy yo, solo quería escucharte. ¿Sabes? Últimamente tengo la necesidad de escucharte y ahora está pasando justo eso. ¿Estás bien?
-Sí, lo estoy... yo también te extraño, pero entiendo perfectamente que tengas que hacer cosas y eso lo respeto... -emite y yo sonrío.
-Bueno, eso me alegra. ¿Sabes? Que estés bien, lo otro me pone un poco triste. Pero ya te he prometido que haré todo lo posible para tomar las vacaciones. Es algo que quiero hacer...
-Vale. Yo también estuve pensando un poco en ese asunto y creo que ya te puedo dar una respuesta, definitivamente quisiera poder salir contigo a otro lugar y estar juntos. Siento que eso es importante para nuestra relación. Pero esperaré, ya me dirás tú cuándo será el momento adecuado para poder irnos de vacaciones... Yo espero -me recalca.
Pero tampoco quiero que sea demasiado tiempo. Necesito con carácter de urgencia poder tomarme un respiro. El trabajo no me deja de absorber. Y estoy buscando de alguna forma alejarme de todas las situaciones terribles que han pasado y me están enviando al fondo, y que no dejan de hacerme sentir en un pequeño lugar, en donde hay poco oxígeno, y todo por estar entre tantas escenas terribles.
-Bueno, me encantaría que pudiera ser la semana que viene, y nada lo pueda impedir, pero todavía hay pendientes que tengo que atender en la compañía y eso me dificulta poder dejar atrás todo, como si nada... es que ni siquiera puedo decirle a mi amigo que se encargue de todo por mí durante mi ausencia, porque hay cosas que requieren de mi presencia y ahora son cruciales. De manera que vamos a esperar un poco más antes de tomar esa decisión, pero creo que ya el mes que viene se podrá.
Ella suspira al otro lado de la línea.
-Zared... Te quería preguntar cuándo será posible que me vaya a vivir al piso que has comprado, sé que todavía hay cosas por hacer allí, para que se habilite por completo... Solo tengo curiosidad de saber -me dice.
-Pues, solo tengo que comprar algunos muebles más y la casa estará lista, ten un poco de paciencia... si no me equivoco dentro de una semana podrás irte a vivir allí. Solo espera un poco.
-Vale. También me preguntaba cuándo será posible comenzar a comprar la ropa para la bebé, todo eso hay que pensarlo desde ahora... para estar preparados.
-Así es. Para serte sincero, son asuntos que se me van de la cabeza, pero tienes razón en recordarme, gracias -declaro-. Podemos hacerlo, no creo que se me dé muy bien ese tipo de cosas, pero de todas formas te acompañaré. También podríamos aprovechar para pedirle a Rebeca que nos acompañe, o podría encargarte tú y visitar una boutique junto a tu amiga Sol. Ya lo veremos.
-Vale. Es solo que las semanas se van volando y cuando menos lo esperemos, llega el momento.
-Así es. Tienes toda la razón al pensar en eso. El tiempo vuela, y cuando menos nos damos cuenta, ya estamos sobre la fecha.
-Es exactamente lo que pienso. Así que... No me gustaría que nos llegara desprevenido ese momento tan importante y por eso te lo estoy recordando. Por cierto, ¿puedo saber cómo estás? -quiero saber.
-Estoy mejor. De hecho, estoy cocinando, muero de hambre. ¿Te estás alimentando bien?