Capítulo 37
1079palabras
2024-02-17 05:12
Ya hemos pasado varios minutos, que se están convirtiendo en horas, yendo de un lugar a otro. La organizadora no deja de sonreír, está acostumbrada a esto, y supongo que al final del día debe tener dolor en los músculos de su cara, pero es muy amable. Su principal objetivo es satisfacer los deseos de sus clientes y hacer que un día especial sea inolvidable. Es buena en lo que hace.
Es gracioso pensar que de niña tenía el fugaz sueño de ser organizadora de bodas. Parecía un trabajo divertido, pero las películas no siempre muestran la realidad, por lo que me alegra no haber tomado esa decisión. Ahora veo lo agotador que puede ser. Menos mal que no lo hice.
- ¿Crees que este sea el lugar correcto y mejor que los otros que hemos visto o debería quedarme con el primero? - pregunta ella.

- Todos son hermosos y cualquiera sería una buena elección, pero el primero tiene algo especial y se ajusta a lo que quieres, una boda glamorosa. Deberías quedarte con ese, no tienes que pensarlo demasiado. No te arrepentirás - respondo y ella lo considera por un tiempo.
- Bueno, vendré a verlo de nuevo con Alexander para escuchar su opinión... espero de todo corazón que elija el mismo, porque no tengo intención de cambiar de opinión. No sé cómo voy a convencerlo, él quiere una boda diferente a la que yo quiero, así que nuestras opiniones están divididas. Pero supongo que con caritas de cachorro lograré hacer que ceda. No es tan fácil, pero lo lograré - declara.
- ¿De verdad quieres casarte estando embarazada en lugar de esperar a dar a luz? - pregunto.
- Sí, los dos ya hemos decidido la fecha y no la vamos a cambiar. Además, el vestido es precioso y está hecho a medida pensando en que mi panza estará más grande en un mes... así que es algo bueno - responde ella.
- Bueno, en realidad es algo muy diferente. No te lo preguntaba por algo malo, me alegra mucho que estés feliz al respecto. Te deseo lo mejor con Alexander, hacen una bonita pareja y ahora serán una maravillosa familia - le digo.
- Lo lograremos. Estoy muy feliz por eso - señala.

- Lo sé, y yo también estoy feliz por ti. Algún día podré vivirlo yo también.
- No me digas que aún no has sido capaz de revelarle tus sentimientos a Zared, ya deberías hacerlo, ¿no crees? - comenta ella.
Fruncio los labios.
- No he podido. Aunque podría considerar el beso que nos dimos ayer como un avance entre nosotros, definitivamente no fue un error.

- No me lo habías dicho - susurra, ya que la organizadora está cerca de nosotras.
- Pues sí, hay algunas cosas que prefiero guardar para mí. ¿No crees que es válido? No tengo que contarle todo - confieso y ella me hace una mueca. Después de todo, solo está bromeando, entiende que también necesito privacidad y no todo tiene que contarlo. Aunque al final se lo estoy contando.
- Bueno, como sea, estoy segura de que lo más importante es que al final te animes a hacerlo. Mirando las cosas, creo que lo has estado guardando bastante bien. Espero que también puedan avanzar juntos. No todos llevamos el mismo ritmo en una relación y puede que a Zared le cueste más dar ese paso, por diversas razones. Siempre lo he visto como alguien que no quiere compromisos. Con Samantha nunca dio señales de que se casaría con ella, pero contigo está siendo diferente y creo que todo puede resultar mejor de lo que esperas. Quién sabe, tal vez el próximo año seas tú la que esté en mi situación, eligiendo uno de los mejores salones para la boda del año - comenta.
- Oh, de repente me emociono - digo.
Ella se cubre los labios.
- Chicas, estoy tomando notas en mi libreta. ¿Ya decidiste por el salón...?
- Sí, me quedaré con el primero que vimos y vendré con mi pareja para que él también lo vea y dé su opinión, aunque definitivamente quiero quedarme con ese. ¿Las invitaciones ya están listas? - pregunto.
- Sí, también hemos ordenado las flores. Los encargados de la comida están trabajando en los platos principales y los postres también.
Finalmente, no tendré que encargarme de los dulces y eso es un alivio. Sería demasiado trabajo, especialmente con mi embarazo. Me canso más rápido de lo normal y no podría manejarlo. Pero Sol entiende perfectamente mi situación y no le molesta. Así que no hay problema.
- Vamos, muero de hambre, ya es hora del almuerzo. Supongo que también quieres comer algo - digo.
- En realidad, preferiría ir a casa y comer lo que mi madre ya ha preparado para mí. Se va a molestar de nuevo si no como en casa. Ven conmigo, así compartimos los platillos saludables que mamá sigue preparando para mí - ofrece.
- ¿Dieta? No, gracias. En realidad, no me apetece en absoluto comer eso. Alex también quiere que coma sano y se está pasando un poco. Supongo que está pasando lo mismo con tu madre - respondo.
- Sí, pero qué puedo hacer, es mamá - sonrío.
- ¿Y ya le dijiste que te vas a mudar? - pregunta ella.
- Sí, creo que estaba un poco triste, pero ha respetado mi decisión y sabe que es lo mejor. Menos mal...
- Sí, solo es cuestión de que pase el tiempo y ella se acostumbre a vivir sin ti. Tu madre debería encontrar a alguien. Aún es joven y hermosa, me sorprende que no tenga a nadie en su vida de forma amorosa. Creo que necesita acción - comenta.
Sol dice algunas cosas. Me rio.
- Ay Dios mío.
Subimos al coche.
Ella comienza a conducir.
- Sí, necesita a alguien.
- Antes estaba conociendo a alguien en la pizzería. Al principio me aseguró que solo eran amigos, conocidos, pero luego admitió que le atraía un poco. Pero al final, ese chico del que nunca conocímos se fue del país. No sé si volverá algún día. Tal vez ella todavía lo esté esperando. Yo también sueño con ver a mamá casada y feliz. Ella merece empezar de nuevo con alguien a su lado. Mi padre no fue bueno con ella. Solo le trajo dolores de cabeza interminables, a ella y a mí también.
- ¿Tu infancia fue tan difícil? - pregunto.