De repente, escuchó la voz angustiada de Meroy. "¡Laurel, ven a la escuela ahora mismo! ¡Ansel se ha caído!"
¿Que Ansel se ha caído?
El rostro de la mujer perdió todo su color y el corazón le latió con fuerza. "¡Estaré allí de inmediato!"
Ansel tenía un tipo de sangre poco común y a ella le preocupaba la idea de que tuviera un simple accidente. Incluso los más mínimos cortes o resbalones la inquietaban. Todos estos años lo había protegido a conciencia, temiendo que algo malo le pudiera suceder.
No sería un problema si fuera un simple traspié, pero, ¿y si fuera algo mucho más grave que eso?
Se subió a un taxi y fue directamente a Alice's Kindergarten. Al llegar, Ansel se encontraba acostado en el consultorio.
Habían tratado la herida de la frente con un vendaje que, originalmente, era blanco, pero se había vuelto de color rojizo. El rostro del chico estaba blanco como la pared.
En ese momento, Laurel sintió un vacío en su interior.
Corrió hasta la camilla y se acostó al lado de su hijo. Entonces un sentimiento de pánico se apoderó de ella y le impidió hablar, "¡Doctor! ¿Qué le pasa a mi hijo? ¿Por qué está inconsciente?"
El médico, con cara de preocupación, dijo: "Se cayó por las escaleras y se golpeó la frente. Ha perdido mucha sangre. ¡Seré sincero, la situación no es muy favorable en este momento! ¡Será mejor que lo llevemos a un hospital para que le hagan reconocimientos lo más pronto posible!"
Laurel se quedó en blanco mientras todo su ser se derrumbaba, presa del pánico. Agarró la palma de Ansel, que estaba sudando. "¡Entonces llévatelo al hospital de inmediato! ¿Por qué esperaste tanto?"
En ese momento, una mujer de mediana edad que llevaba un par de anteojos con montura negra se acercó a ella con una expresión de disculpa. "¿Eres la madre de Ansel? ¡Lamento de veras que Ansel haya resultado herido! ¡La escuela asumirá toda la responsabilidad en este asunto!"
"¿Asumirá toda la responsabilidad? ¿Cómo?" Laurel se agitó. Sentía cómo su corazón latía violentamente contra su pecho. Ya tenía los ojos irritados desde que vio a Ansel acostado en la cama del consultorio.
"Señorita, hoy es el primer día de mi hijo en el jardín de infantes. ¿Cómo pudo suceder tal cosa?"
"Señorita, por favor, cálmese. ¡Ha sido culpa de nuestra escuela! Es inevitable que los niños se peleen entre sí. ¡No esperábamos que empujaran a Ansel por las escaleras en su primer día!"
Laurel no quería hablar de eso ahora. Si hubiera sabido que esto sucedería, no habría enviado a Ansel a ese jardín de infancia.
¡Se arrepintió tanto de haberlo hecho!
"Señorita, no es momento de hablar de eso. ¡Primero debemos llevar a Ansel al hospital!"
"¡Sí, está bien! ¡Vamos al hospital primero!"
Un autobús escolar la esperaba en la puerta.
Rápidamente se llevaron a Ansel hacia la sala de emergencias para un chequeo. Mientras tanto, Laurel esperaba con ansias en la puerta.
A medida que pasaba el tiempo, se sentía cada vez más inquieta. Miraba el reloj casi compulsivamente. Cada segundo que esperaba le parecían una eternidad. Pensaba que esta tortura no tendría fin.
Finalmente, la puerta de la sala de emergencias se abrió y salió un médico con una larga bata blanca. Laurel corrió hacia él en cuanto lo vio. Lo miró expectante y le dijo: "Doctor, ¿cómo está mi hijo?"
Mientras esperaba una respuesta, asió el dobladillo inferior de su ropa y sintió cómo su palma ya empezaba a sudar frío.
El médico dejó escapar un leve suspiro. "¡Ha perdido demasiada sangre, por lo que necesita una transfusión de inmediato! Durante el chequeo, descubrimos que su tipo de sangre es muy poco habitual. El recuento de plaquetas es normal, pero la función de coagulación no es lo suficientemente fuerte. ¡Tendría que realizar más exámenes para descubrir la razón! Tú eres la madre del niño. ¡Si sabes algo que no sepamos, debes decírnoslo!
"¿Una transfusión de sangre?" La visión de Laurel se volvió negra en un instante y casi se desmayó en el acto.
"¿Estás bien?" El médico, la maestra de jardín de infantes y Meroy, que estaban de pie detrás de ella, la sujetaron a toda prisa.
"Señorita Kelly, no hay por qué preocuparse. Somos el mejor hospital de la ciudad. Hay suficiente sangre en el banco del tipo B para su hijo. ¡Todo saldrá bien!"
Laurel sintió como si se le estuviera cayendo el cielo encima. Su peor pesadilla se había hecho realidad.
Se agarró con fuerza a las mangas del médico, sacudiendo la cabeza con fuerza de un lado a otro. Sus lágrimas, que salían a borbotones, rodaron rápidamente por sus mejillas para finalmente caer al suelo.
"¡No! ¡No! Ansel no tiene un tipo normal de sangre B. Su tipo de sangre contiene factores latentes que ya le han causado incompatibilidad con todos los demás tipos de sangre. ¡Ese factor latente aún no se ha investigado en el campo médico!"
Ya les había ocurrido un incidente similar cuando vivían en el extranjero.
Lo que le pasó allí fue que Ansel se cayó del tiovivo del parque de atracciones. Ese percance le lastimó el codo, pero la herida que le provocó no paraba de sangrar.
En aquel momento, un profesor muy respetado tomó la muestra de sangre de Ansel para un experimento y descubrió el motivo. Quizás también era por eso que sus ojos se volvían azules cuando se enojaba.
"¡Es inútil! ¿Dónde voy a encontrar ese mismo tipo de sangre?"
La expresión del doctor se alteró ligeramente y se giró para dirigirse al laboratorio. "¡Discúlpeme! Hasta ahora, solo he hecho una prueba de rutina simple. ¡Realizaré un examen con más detalle!"
Meroy se quedó estupefacta. Todos en su familia tenían tipos de sangre normales. ¿Por qué Ansel tenía que tener uno diferente?
Si no pudieran encontrar sangre de su mismo tipo, entonces Ansel podría...
¿En qué momento se torcieron las cosas hasta provocar un giro tan grande de los acontecimientos?
Todo se oscureció ante sus ojos y Meroy se sintió mareada, al borde del desmayo.
"¡Mamá! ¿Estás bien?" Laurel lanzó un grito de nerviosismo. A continuación, ayudó a Meroy a sentarse en el asiento.
"Ay Laurel, ¿por qué tiene que sufrir tanto Ansel?" Meroy no pudo aguantar más y se puso a llorar como una magdalena.
Este niño tuvo que crecer sin un padre a su lado. Laurel tuvo que criarlo sola, y uno solo podía imaginar cuánto habría sufrido durante todos esos años en el extranjero.
Laurel sintió como si alguien le hubiera atravesado el corazón con una hoja.
Con dulzura, le secó las lágrimas a Meroy. Con determinación, la joven miró a su madre. "¡Mamá! ¡No te preocupes! ¡No dejaré que le pase nada a Ansel!"
La maestra, que estaba a un lado, también se vio muy afectada por lo que acababa de suceder. Algo le pasó por la mente, pero ella no pudo recordarlo.
De repente, sus ojos se iluminaron y, emocionada, exclamó: "¡Ahora lo recuerdo! Alguien en nuestra escuela también tiene un tipo de sangre único, ¡pero no sé si tiene el mismo tipo que Ansel!".
Esta estudiante en particular procedía de un entorno noble y excepcional, por lo que este asunto tenía que permanecer en absoluta confidencialidad. Si ella no fuera la directora, no estaría calificada como para manejar información tan delicada.
Pero simplemente lo soltó debido a la urgencia de la situación.
"¿Quién, quién es ella?" Laurel sintió que su corazón latía cada vez más rápido. Levantó la cabeza para mirar a la maestra. Había un tenue destello de esperanza en sus grandes ojos color caoba.
De repente, vio un par de ojos afilados y penetrantes en su mente, ¡con unas pupilas de ese color azul aterrador!
"¿Era él? ¡Oh, no! ¡Eso es imposible!"
Llevada por el impulso, la maestra reveló la información. Ahora que pensaba en la identidad de esa estudiante en particular, dudó. "Señorita, en realidad, no estoy tan segura..."
Laurel estaba a punto de volverse loca. "¡Por favor, dígamelo! No le diría a nadie que me lo ha dicho. ¡No puedo permitirme perder ninguna oportunidad de salvar a Ansel!"
"¡Ay! ¿Sabes qué? ¡Al cuerno, es nuestra responsabilidad, después de todo! ¡Si me castigan por eso, lo aceptaré sin más dilación!", dijo la maestra resueltamente.
"Esa niña y Ansel están en la misma clase. ¡Creo que la razón por la que empujaron a Ansel por las escaleras hoy tuvo algo que ver con ella! Solo sé que también tiene un tipo de sangre poco común y que ella está bajo una orden de protección especial en la escuela. ¡Sin embargo, no conozco ningún otro detalle sobre su tipo de sangre!"