SARA
Ya no puedo soportarlo es tan obstinado e insistente y la verdad no sé porque he dicho aquellas palabras. Y no se la razón porque me siento mal conmigo misma o si lo sé. Igual eso no importa lo importante es que le dije que se alejara de mí. Con palabras un poco más dolorosas de las que debería haber expresado. No obstante, no deben interesarme.
Aun así, él tiene la culpa.
¿Verdad?
En poco tiempo me ha hecho perder el gran razonamiento de mis neuronas pacificas lo bueno que son muchas porque y lo hubiera castrado. Y de distintas maneras he tratado por todos los medios se paciente y soportarlo recordándome que en todo trabajo hay obstáculos. Algunos fáciles otros difíciles.
Sin embargo con el no se puede. Soportarlo es como dejar de lado todo lo malo que me ha hecho y solo pensar en las osas positivas que me ha raido la vida. Lo cual no son muchas.
Pero recordando lo anterior en solo tan poco tiempo me ha hecho la vida de cuadritos. Y lo peor de todo esto es que dentro de mí está surgiendo sentimientos desconocidos para mi persona. Lo que me complica la tarea.
Está muy mal que sienta algo por él.
Yo no creo en el amor a primera vista es tonto y estúpido.
Él está prohibido para mí.
Él es el enemigo.
Y un sinfín de cosas que me hacen que no deba acercarme a él.
Pero es inútil.
Solo que ha pasado un día ya quiero salir corriendo y esconderme en lo más alto de una montaña como Elsa en la película de Frozen. Tonto lo sé, pero es mi única salida.
No obstante esto es la caótica y peculiar vida real donde debo pensar con claridad y aclarar e reordenar las diferentes ideas que pasan por mi cabeza, para no cometer un asesinato a tremenda luz del día frente a inocentes mentes que no tiene la culpa de mi carácter. Por ese motivo me aleje de la calidad de su cuerpo proclamando aquellas palabras hirientes e dolorosas. Para salvarme a mí y salvarlo a él de mi.
Rodeo la piscina manteniéndome lo más alejada de aquel individuo. Esto están confuso él ha hecho que divida mi cuerpo en dos partes que tienen pensamientos diferentes. La primera donde quiero ahorcarlo hasta ya no escuchar su respiración con acompañarían de su voz y la otra donde quiero abrazarlo y besarlo con la opción principal de nunca más soltarlo. Pero debo ser realista aquel hombre será mi perdición y mi condenación. Esto es tan desesperante. No lo puedo sobrellevar. Necesito ayuda.
La mañana paso volando en un abrir y cerrar de ojos. Yo jugando con Meredic comenzando las clase de natación que le prometí lo cual lo hizo muy bien para su edad. En aquel tiempo intento todos los medios de evitar al empresario estúpido que me pide tener una conversación con él.
Pero es difícil es tan persistente e irritable que el dolor pequeño que portaba en mi cabeza se hace mas inmenso como un edificio de mil pisos. Metafóricamente.
-Sara -Habla a mi lado Meredic.
-¿Qué ocurre corazón? -Pregunto dirigiendo mi mirada hacia ella.
-Mamá nos está llamando para comer. -No aguantaba las horas.
-¿Tienes hambre?
-Si mucha. -Gracias a Dios.
-Entonces que esperamos vamos por esa comida. Si.
-Tú también tienes hambre Sara.
-Si mucha. Hasta podría comer un plato enorme.
-Así como lo que vimos en la televisión.
-Si iguales a ellos. Quieres ir en mi espalda o nadaras por ti sola.
-Sola.
-Muy bien. Entonces una carrera. ¿Qué dices?
-Sí.
-Entonces ponte en posición. -Nos ponemos en posición.
-A sus marcas. Listo. Fuera.
En aquel momento ella me lleva la delantera porque realmente no tengo el sentir de ganar. Después de un momento ella llegue a la meta mientras yo estoy a una distancia particular.
-Gane Sara. Gane.
Apresuro mis pasos hasta llegar hasta ella.
-Si ganaste. Genial. -La alzo saetándola en el respaldar de la piscina.
-Ahora a comer. Vamos
-Te encantara la comida de Dana ella cocina de maravilla -Salgo de la piscina y me siento a su lado.
-Hace unos waffles riquísimos en las mañanas y por las tardes hace variedades de comidas hasta llenar la mesa. Te encantara.
-¿Tanto así?
-Sí. Ella es la mejor.
-De verdad.
-Pero tú ocupas el primer lugar. -Rio.
-Con permiso. Mi mirada ha captado unas damiselas en peligro que necesitan mi ayuda.
-Y tranquilidad duro poco. -Murmuro.
-Tío -Grita Meredic a mi lado girándose para abrazar a su tío. De igual manera yo también lo hago.
-Hola Mariposa -La carga entre sus brazos.
-Hola mi diosa.
-Buenas tardes Señor McQueen. -Lo saludo.
-Dime David no soy mi padre.
-Señor McQueen -Remarco la palabra -Es muy descortés de mi parte llamarlo por su nombre mientras usted no es nada para mí solo es familia de mis jefes. En lo cual me aclara que me debo compórtame con usted.
-Pero eso no problema. Tú eres mi Luna y -Es interrumpido.
-Tío ¿Verdad que Sara te gusta? -Tierra me trágame.
-No me gusta -Que alivio.
-Estoy enamorado de ella mi mariposa -Es enserio.
-Enserio. No es broma tío.
-Muy enserio mi mariposa -Y la cara de Meredic se ilumina con una sonrisa. Que me asusta.
-Lo ves Sara. Tenía razón. No solo le gustas estas enamorada de ti.
-Si qué maravilla -Digo con desgana y dolor.
-Sabes tío Sara me dijo que primero debían conocerse por qué no son amigos -Ya lo dije y vuelva a repetir. Tierra trágame.
-Y ahora que estamos aquí. Pueden ser amigos ¿Verdad Tío?
-Si mi amor. Es perfecto. -Voy a matarlo.
-Lo ves Sara. El si quiere.
-David, Sara y Meredic entre la cena esta lista.
-Si comida. Que rico. Tío bájame -David acata su acción. Y ella sale corriendo entrando por la puerta corrediza. Porque me deja sola. Y de la misma manera yo la sigo. Pero la suerte ni esta de mi lado porque antes de tratar irme que mi muñeca es atrapada por unos dedos grandes y fuertes.
No tengo escapatoria.
-Sara espera un momento. Necesito hablar contigo.
-Si dígame Señor McQueen.
-Bueno... Tu -Se rasca la parte de atrás de su cabeza -Es cierto que quieres ser mi amiga. Yo sé que no soy el mejor pero quiero ser más que tu amigo. Pero si quieres comenzar por ahí. Para mí no hay problema.
-No quiero ser su amiga. Ahora suélteme.
-Porque eres así conmigo ¿Qué te he hecho? Aparte de hacerte perder tú trabajo. Lo cual te pido perdón. Pero entiéndeme no tenía idea de que el jefe de aquel restaurante te iba a despedir. Sin embargo no creo que solo aquel episodio sino sé que hay mas y quiero saber las otras razones.
-No le incumben.
-Claro que lo hacen. Debido a aquello me ves como el enemigo. -Y lo es -Y quiero saber la razón.
-Vuelvo a repetir. No le incumbe. No tengo porque darle explicaciones. Son cosas mías.
-Claro que lo sé. Estoy seguro de ello. Pero hay algo que me involucra a mí en tus diferentes actitudes.
-¿Por qué lo dice?
-Te niegas a entablar una conversación conmigo, te niegas a ser mi amiga o algo más y te niegas a que yo esté cerca de ti.
-No sea ingenuo la última vez que usted estuve a tan solo centímetros de mí. Nos besamos como locos desenfrenados.
-Ahh.
-¿Qué se le olvido? Pues se lo hago recordar -Grito -Ahora deje de ser molesto y suélteme.
-¿Y qué tiene de malo?
-Todo.
-No Sara. Tú sientes algo por mí, no lo niegues.
-¿Qué le hace pensar aquello?
-Tus acciones.
¿Mis acciones? Habla enserió.
-Sí. Porque se tu me amas.
-No es cierto.
-Entonces explícame porque te niegas a alejar todo de ti.
-Porque no quiero perder mi trabajo. No lo entiende.
-¿Qué?
-Antes de que me despidieran de mi anterior trabajo tenía una meta y cuando me despidieron mi sueño se rompió. Y ahora que tengo este trabajo siento que he encontrado lo que tanto he anhelado desde la muerte de mi madre.
-¿Qué cosa? ¿Tu madre está muerta?
-No interesa. Lo Que importa es que al fin tengo una.... Una familia y no la perderé por usted. Ahora suélteme y déjeme en paz. Usted es malo para mí.
Su mano se desprende poco a poco y aprovechó para soltarme. No tengo el valor para mirarlo. Entonces me doy la vuelta adentrándome por la puerta corrediza sin mirar atrás. El no lo tenía que saber. El no era digno de saber mi más preciado secreto.
¡Soy una tonta!
Camino por los diferentes pasillos que me conducen hasta el comedor tratando de escapar. Llego hasta la puerta de la sala para comer ella abriendo la puerta
-Te estábamos esperando Sara y David
-En unos momentos estas aquí. -La mesa copada a su tremenda magnitud llena de diferentes comidas. Y los únicos asientos que están desocupados son dos uno al lado del otro.
Por favor que no sea lo que estoy pensando.
-Sara siéntate hay -Me indica Luna la primera silla a su izquierda. -A tu lado se sentará David.
¿Porque la suerte nunca está de mi lado?
¿Por qué?