Capítulo 54
1014palabras
2023-01-17 09:30
[Unas horas antes de que Carson se encontrara con Elissa]
Carson lo había pensado una y otra vez, tendría que hacerlo si quería que la verdad saliera a la luz. Llamó a Amanda para decirle que quería decirle algo importante, y ella se sintió en las nubes, porque era la primera vez que Carson había tomado la iniciativa. Respiró hondo y entró en la residencia del alcalde.
Al entrar, vio a Amanda bajar las escaleras con los ojos brillantes. Llevaba un vestido con corset ajustado que resaltaba sus curvas delicadamente, pero él no le prestó atención a eso. Ella se acercó y lo abrazó; Carson se tensó, pero mantuvo el control sobre sí mismo para no sacársela de encima y se dejó abrazar. Amanda preguntó: “¿Todo bien? Querías que nos encontremos... me pareció tan repentino que olvidé avisarles a mamá y a papá”.

Carson puso una sonrisa falsa y le acarició la mejilla. Amanda se sonrojó, todo era tan inesperado. "En realidad, primero quería hablarlo contigo".
"Oh... Está bien, vayamos a mi habitación entonces", dijo ella, sonriéndole. Él asintió y la siguió escaleras arriba. Al llegar a su habitación, Amanda cerró la puerta. Era la primera vez que Carson entraba, y se sorprendió: era grande, el rosa y el blanco cubrían las paredes y el armario, nada allí le gustaba, y eso lo hizo pensar en Elissa, con quien tenían gustos similares. Cuando se enteró de que a Elissa le gustaban las cosas que él hacía, no podía creerlo porque creía que nadie podría entenderlo.
La voz de Amanda lo devolvió a la realidad: "Siéntate". Él se sentó en el borde de la cama porque no había sofá, y ella se sentó muy cerca de él, tan cerca que sus muslos se tocaban. Carson estaba incómodo, pero no podía moverse, porque podía arruinar su plan. “¿Qué querías decirme, Carson?”, preguntó ella con la voz melosa.
“Primero, quiero disculparme contigo, Amanda. Sé que te he tratado con indiferencia, y eso no es justo para ti. Te ignoré, te desprecié, pero aún así, seguiste eligiendo estar conmigo. Eres tan...  amable, Amanda".
Sus palabras la hicieron sonrojar. Nunca pensó que Carson le diría esto alguna vez. Su corazón se agitó y sintió mariposas en la panza, pero trató de contener su felicidad mientras él continuaba: “Me has ayudado en mis momentos difíciles, y ahora me siento un estúpido por haber sido tan grosero contigo, pero... todavía seguía enganchado con Elissa y, cuando lo supiste, decidiste quedarte. No sé cómo agradecértelo, Amanda".
"Oh, Carson". Amanda se sonrojó mucho. Ser la destinataria de esas palabras le provocaba un sentimiento completamente diferente.

“Amanda, me he dado cuenta... sé lo que es correcto para mí. Tú mereces estar a mi lado, ser mi pareja”, expresó, tomando sorpresivamente su mano entre las suyas. “He dejado mi pasado atrás y estoy listo para comenzar mi futuro contigo”.
Amanda quería chillar, finalmente estaba sucediendo. ¡Él le estaba proponiendo matrimonio! “Carson...”
"Ahora, lo importante..." Carson se arrodilló sobre una rodilla y a ella el corazón le latía más fuerte. Él estiró la palma abierta hacia adelante y le preguntó con una sonrisa: "Señorita Amanda Hayes, ¿quiere casarse conmigo?"
Amanda ni lo pensó. Puso su mano en la de él y chilló de felicidad mientras lo abrazaba. “¡Dios mío, Carson! ¡Sí, quiero! ¡Quiero!"

"Me alegra".
“No sabes cuánto he estado esperando este día. ¡Esto es maravilloso!”
"Perdóname por haberte hecho esperar tanto".
“¡Estoy tan emocionada que no puedo pensar con claridad!”, exclamó ella paseándose con una gran  sonrisa en el rostro. “¿Ya se lo has contado a tu madre?"
"No, primero quería preguntarte a ti".
“¡Ay! Lo haremos juntos, entonces. ¡Oh! ¿Y ya has pensado en alguna fecha?"
Carson sonrió: “Sí, la semana que viene. El viernes”.
Amanda abrió los ojos en shock. "¡Dios! ¡No tenemos tiempo para preparar nada! ¡M*erda!", dijo con sus emociones desbordadas y sin saber qué decir. Creyó que el apuro de Carson se debía a que no podía esperar para convertirla en su esposa, y eso la hizo reír. "Está bien. Tenemos que decírselo a nuestros padres, enviar las invitaciones..."
“Tengo una condición: quiero que sea una boda privada”, dijo con firmeza. La sonrisa de Amanda se congeló y lo miró boquiabierta.
“¿Una boda privada? ¿Por qué?"
Carson suspiró: “Porque siempre he querido una boda privada: no me gustan las multitudes y, además, tú, yo y nuestros padres somos los que importamos”.
Carson buscó cualquier tipo de expresión en su rostro, esperando que ella aceptara, aunque Amanda ya le había dado luz verde a todo lo que él exigía. Ella estaba contemplativa, y eso a él lo impacientaba.
"Pero, si no te gusta..."
"¡Sí, sí, estoy de acuerdo!", chilló Amanda abrazándolo con fuerza. “Haremos lo que quieras, Carson. Debes saber que haré cualquier cosa por ti". Carson sonrió, contaba con eso.
Mientras Amanda balbuceaba sobre el vestido de novia, el pastel y la decoración, Carson pensó en lanzar otra bomba, que era la verdaderamente importante. “Tengo que contarles a mis amigos... ¡Dios! ¡Haley estará encantada cuando le pida que sea mi dama de honor!”
"Amanda, sobre eso... tengo algo que pedirte".
"Claro, dime".
“Quiero que Elissa sea tu dama de honor”, le reveló. Amanda no podía creer que le estuviera pidiendo eso. ¿Cómo podía siquiera pensarlo? ¿Que su exesposa sea su dama de honor? ¡De ninguna manera!
"¿Qué? ¿Por qué ella?", espetó antes de poder controlarse. Carson se levantó y, colocándole las palmas sobre los hombros, dijo: “No me malinterpretes, Amanda. Ya no siento nada por ella y por eso quiero demostrarle que realmente te amo y ella ya no me importa”. Amanda frunció el ceño, no la complacía esa decisión, pero pensó que podría ser divertido. Se imaginaba la expresión descorazonada que Elissa tendría cuando Carson diera sus votos con ella. Sí, definitivamente lo disfrutaría.
"Confía en mí", la instó él con un tono suave. Carson sabía lo que estaba haciendo y, si Amanda accedía, el primer paso estaría dado.
"Está bien, Carson, ¡me sorprendes! ¡Ay, te quiero mucho!”
"Gracias por entender. Te prometo que esta boda te dejará boquiabierta”.