Capítulo 53
1503palabras
2023-01-10 00:01
Sin duda, Hayden no esperaba que yo apareciera de repente, porque cuando lo miré se quedó atónito por un instante, y luego hizo una mueca como si estuviera incómodo.
"Bebé, acabo de ver una cucaracha por aquí y debo encargarme de ella. Pero después seguimos hablando", dijo él con voz empalagosa y repugnante a la vez, y colgó la llamada.
¡Este cr*tin* de mi*rd*, tiene la osadía de compararme con una cucaracha apestosa!

Me dejé llevar por la rabia y el miedo que sentía dentro de mí fue desapareciendo poco a poco.
"Hayden, sólo vine a aclarar un asunto y espero que estés dispuesto a colaborar. Como bien sabes, éste es un proyecto sumamente importante para la empresa", le dije mirándolo a los ojos con firmeza.
"¿Ah, de verdad?", contestó él con tono burlón, menospreciándome y añadió: "¿Pero qué tiene que ver eso conmigo? Yo ya hice lo que me pediste. El hecho de que tú no puedas resolver un problema...¡no es asunto mío!"
"¡Pero los documentos que me entregaste tienen mucha información errada!", le dije tratando de refutar su argumento.
"¡Ay.!", exclamó Hayden respirando profundo y luego se levantó y respondió: "Eso refleja tu incapacidad porque si tú piensas que no puedes dirigir este proyecto, entonces yo creo que es mejor que renuncies".
"Yo... ", quise responder.

"Además...", añadió él interrumpiéndome con mirada diabólica: "Quieres que te ayude a hacer tu trabajo?"
Me quedé atónita por un segundo, y luego, asentí lentamente con la cabeza.
"¡Ja!", exclamó Hayden burlándose de mí y agregó con un tono de voz lento y provocativo: "¡Estás soñando si crees que te voy a ayudar!"
Me estaba tratando como si yo fuese un payaso. Sin embargo aunque yo pudiera manejar esa situación, en ese instante él había provocado una ira tan grande dentro de mí, ¡que lo miré furiosa con unas ganas enormes de golpearlo!

"¿Por qué me ves así? ¿Estás molesta?", me preguntó él, mientras abría los ojos desmesuradamente y luego levantó la voz incrédulo diciendo: "¡Dios mío, estabas dispuesta a pegarme!"
Apenas terminó de hablar, me mostró el puño amenazante y afirmó: "¿Crees que toda esa grasa te va ayudar a aguantar mis golpes? ¡Mejor deja de soñar!  Es más, tu destino es ser el lodo de un desagüe apestoso. ¡Tú sólo sirves para hazme reír! ¿De verdad crees que te van a respetar por el mero hecho de estar trabajando en un proyecto importante? ¡Ya veo que sigues soñando!"
Para ser sincera, debo admitir que me dolieron mucho sus palabras, pero algo había cambiado dentro de mí, porque ya no era la Meita de hacía dos semanas...
Aunque todavía no era lo suficientemente fuerte, había aprendido a filtrar los insultos para que no me afectaran tanto. Por ello, sólo me concentré en una de las frases donde Hayden decía que yo estaba trabajando en un proyecto importante, y eso me confirmó que entonces yo tenía derecho a darle órdenes.
Él me miró impaciente, pues parecía no tener intenciones de permanecer mucho más tiempo ahí, y luego recogió su chaqueta del sofá y salió de la sala de conferencias.
"¡Espera!", le dije con sorprendente calma.
"¿Y ahora qué di*bl*s quieres?", volteó rugiendo molesto.
Al observar su rostro iracundo le dije lentamente: "Si de verdad no quieres que divulgue todos tus secretos en la empresa, te sugiero que empieces a colaborar conmigo de inmediato. Así que por favor mándame los documentos con la información correcta".
"¿Qué?", preguntó él incrédulo abriendo los ojos desmesuradamente, pues no se esperaba esa reacción de mi parte. Luego dijo: "¿De qué mi*rd* estás hablando?"
Al parecer se le había olvidado por completo las fotos que me había enviado cuando teníamos un romance en línea. En esa época, a Hayden le encantaba enviarme fotos donde aparecía desnudo y solía contarme muchos secretos oscuros de su vida. Por suerte para mí, nunca borré esas conversaciones del teléfono.
Sin embargo ahora, esos secretos se habían convertido en mi principal arma para derrotarlo. Pero aun así, me pregunté si él estaría arrepentido de todo lo que había hecho.
"Déjame decirte algo, si no cooperas conmigo, voy a hacer una carpeta con tus fotos desnudo, los secretos más oscuros que ocultas y el mensaje que me enviaste pidiendo que me acostara contigo, y ¡la voy a mandar al chat de la empresa!", dije levantando la voz, aunque no lo suficiente, para que no escucharan fuera del salón.
Noté cierta conmoción en el rostro de Hayden, pero de pronto me pareció que había pensado en algo y me respondió: "¿Crees que me vas a asustar con tus amenazas? ¡Si te atreves a revelar algo de mi vida privada, te voy a partir la cabeza en dos!"
Tras decirme eso, dio media vuelta y se fue.
Aparentemente, él no había tomado en serio mis palabras. Quizá pensaba que yo siempre había estado en desventaja y que había sido pisoteada muchas veces y por ello, mis amenazas no representaban ningún riesgo. No obstante, ¡esta vez lo sorprendería sin duda alguna!
Seleccioné una de las muchas cuentas de correo electrónico que había creado, y envié de forma anónima una foto de Hayden desnudo al correo público de la empresa. Luego regresé al Departamento de Redacción como si no estuviese pasando nada.
Después del descanso en la hora de almuerzo, escuché una conversación algo alterada que venía de la oficina. Era evidente que nuestros compañeros de trabajo ya habían recibido el correo.
¡No sentí que había ido muy lejos, ¡porque lo que Hayden me había hecho, en realidad había sido cien mil veces peor!
Me senté en mi escritorio y esperé en silencio a que él viniera a hablar conmigo. Efectivamente, a las dos y media de la tarde, él se apareció ante mí enojado, pero con una pila de documentos en las manos.
"Meita, tenemos que hablar"; me dijo porque esta vez, le correspondía a él decirme esas palabras.
Accedí a su petición y salimos del Departamento de Redacción, ante la mirada curiosa de mis compañeros, quienes sentían que algo raro estaba sucediendo.
"¿Qué significa esto? ¿Estás utilizando esas fotos para amenazarme?", gritó él apenas llegamos al pasillo desierto que llevaba hacia las escaleras de incendios.
Lo primero que hice fue limpiarme con la mano la saliva que me había echado en la cara al empezar a gritar. Después lo miré valientemente y le contesté: "Sí".
"¿Acaso te volviste loca?", preguntó rojo de la ira y volvió a amenazarme: "Te lo advierto, borra esas fotos de inmediato o de lo contrario, ¡te voy a aplastar el ojo en este mismo instante!"
Francamente, ya me esperaba su reacción, y aunque su mirada iracunda me intimidaba, decidí enfrentarlo de todas maneras. Estaba determinada a hacerlo porque sabía lo que era más importante para mí en ese momento. Estaba decidida a seguir adelante, en la medida en que eso me permitiera terminar mi proyecto sin problemas, incluso si en el futuro él decidiera vengarse de mí.
"No voy a borrar las fotos", le dije con seguridad, viéndolo a los ojos inyectados de furia y añadí: "Toda mi vida ha sido un completo desastre, así que puedes sacarme un ojo, y yo a cambio arruinaré tu reputación en la empresa. Eso me parece un trato justo".
"¿Estás segura de que quieres seguir adelante con eso?", me preguntó con total incredulidad.
En ese instante, casi podía escuchar su corazón latiendo apresuradamente porque para él, yo era sólo un juguete con el que se había estado divirtiendo. Sin embargo, de pronto ese títere había cobrado vida y lo estaba atacando y ¡él no estaba preparado para enfrentar esa realidad!
Si mostraba una pizca de timidez o cobardía en ese momento, todo lo que había hecho habría sido en vano, y Hayden recobraría la confianza en sí mismo. Por ello, pensando en esa posibilidad, erguí la espalda y lo miré a los ojos.
"¿De verdad quieres que todos en la empresa empiecen a hablar de tus fotos desnudo? Ten en cuenta que la próxima vez no seré tan condescendiente, y me aseguraré de que se vea claramente tu cara", le dije total seguridad.
Entonces, hice el amago de que iba voltear para irme.
Debo aceptar que de haber hecho una apuesta, me hubiese decantado por la opción de que Hayden me impediría irme. En todo caso, si me hubiese equivocado y él sí me hubiese dejado ir, yo habría enviado las fotos. Sin embargo, existía la posibilidad de que Hayden me golpeara o me demandara, pero eso sólo habría complicado más las cosas...
Poco a poco empecé a caminar hacia la puerta, mientras mi corazón latía incontrolablemente.
'¡Por favor, pídeme que no me vaya! ¡Sólo quiero resolver esta situación de la mejor manera posible!', iba rezando yo para mis adentros.
Fingí que iba a empujar la puerta para salir, pero apenas la toqué escuché la voz de Hayden diciendo de mala manera: "¡Espera un momento!"
Me detuve y no pude evitar suspirar aliviada, pues sabía que había ganado esa batalla sin derramar ni una gota de sangre.