Capítulo 21
575palabras
2022-11-14 10:15
En alguna parte de Los Montes Lunares, el viento llevó hasta los oídos de una sirena, aquél poema que hablaba de un amor sin barreras y ésta, al escuchar las primeras líneas, saltando como un delfín llegó a la parte más alta de la Cascada de los Deseos, una hermosa criatura mitad pez y mitad mujer de largos cabellos oscuros, blanca piel y hermosos ojos verdes, quien ansiosa escuchaba aquella música que le regalaba el horizonte.
-¿Un amor sin barreras? ¿Luchando a muerte por su piel? ¡La última barrera es la de sus brazos! ¡Qué bonito! ¿Quién lo habrá recitado? ¿Y cómo es que el viento la trajo hasta mis oídos? ¡Tal vez algún tritón de los que viven en los lagos se la dedicó a una sirena o una de las ninfas! Pero… ¡Esa voz! Se escucha como un trueno en la distancia, yo conozco a todos los tritones y no recuerdo ese tono de voz en ninguno de ellos; ¿Quién será? ¡Ya sé! Le preguntaré al espíritu que reside en la cascada.
Y de otro ágil y bello salto cayó en las aguas de la Cascada de los Deseos, el propósito de Eterna era precisamente el cuidado de la caída de las aguas de dicha cascada, que era abastecida continuamente por los lagos circulares de los Montes Lunares, extrañamente la llamaban: La Cascada de los Deseos aunque era un sitio de sabiduría y enseñanza, donde, cuando algún habitante de Fíria necesitaba saber algo sobre sus propósitos, lo que tenían que hacer o hacia dónde ir, acudían a las faldas de los Montes Lunares a la cascada de la sabiduría o de los deseos. 

A despejar sus dudas.
Eterna después de caer limpiamente al frente de la cascada, preguntó:
-Cascada de la sabiduría, necesito me ayudes a despejar una duda; ¿Podrías decirme el origen de las palabras que trajo el viento hace unos momentos?
-Si. –le contesta una voz redundante en ecos, sin decir nada más.
-¿De dónde vienen las palabras que escuche en el viento, hace unos momentos? -Las palabras vienen del Sureste y es un visitante de otro mundo, en estos momentos se encuentra en el Valle de Mirídia, es uno de los humanos.
Se escuchó una voz resonante en ecos, como si saliera de aguas profundas.

-¿Mmmh? –pensaba curiosa e intrigada la sirena Eterna. -¡Si es uno de los humanos, es uno de los creadores y debe de ser muy poderoso! Yo nunca he visto uno, sé de su existencia por los cuentos de humanos que me contaban desde niña; ¡No sabía que los humanos dijeran cosas tan bonitas! Al contrario, lo más que había escuchado eran historias de destrucción y muerte, guerras, cataclismos y furia de dioses y que hasta los dioses los odian; ¿Cuál será el propósito de un humano en Fíria? ¿Vendrá a destruirnos? ¡No! ¡Acabará con todo! Mmm, aunque pensándolo bien, si es un humano de los malos y viene a destruirnos, los Miridianos y sus tornados o Daro´s y sus dragones darán cuenta de él y si no pueden ellos.
-Todavía quedan las legiones de criaturas no naturales de Lúa Dark y el ejército tecnológico de los no muertos de Alcalá, mmm, humanito, mejor sigue enviando poemas al viento y no te metas en problemas.
Dijo esto y saltando como si fuera un Delfín, se zambulló en las aguas de aquél pequeño lago, consecuente de la caída de las aguas de la Cascada de los Deseos.