Capítulo 44
2040palabras
2022-08-17 23:52
Tres días después...
Rápido se había hecho sábado, mi día libre de trabajo, me encontraba recostada en mi cama intentando leer un libro de historia, pero mi mente insistía en debatir la idea de si debía presentarme en la casa de Kiram por la tarde como el me lo había pedido, o más bien casi exigido. Aunque no estaba convencida una pequeña parte de mí, muy pequeñita, me decía que fuera, y las señales no paraban de aparecer, mi mama que no sabía nada de la situación, indirectamente también lo hizo cuando habló conmigo aquella noche, y no tan indirectamente Anna que no paraba de recordarme a cada momento que debía enfrentar mis miedos desde hace tres días atrás.
FLASHBACK

Estábamos de salida de la universidad.
-Isabella Johnson- Mencionó posicionándose frente a mí. -Esta será la última vez que me escucharas que te diga esto- Con ambas manos apretó mis hombros.
Ya sabía en qué dirección iba así que puse mala cara.
-Debes saber que, odio como estas actuando, tienes que tomar valentía de una vez por todas y enfrentar a Kiram ¿o es que quieres que llegue un día en el que te reproches lo que debiste hacer y por cobarde no te atreviste? - Me regaño.
-¿No y que era la chica más valiente que habías conocido?- Hice una mueca de lado.
-Si, y lo sigo pensando, pero hasta tú puedes tener caídas- Río e inmediatamente volvió a estar seria. -Y últimamente te has vuelto una gallina- Confesó. -Bella sabes que te amo, y que no quiero verte sufrir jamás, y que también puede que me arrepienta más adelante por pedirte esto, que la verdad espero que no, pero amiga ve mañana a la hora que te cito el, dile lo que sientes, las chicas también podemos hacer esas cosas, y si llegara a no salir bien, aquí seguirá el hombro de tu mejor amiga disponible para ti las 24 horas-

No mentiré, sus palabras casi me hacen llorar.
-Te he dicho que te quiero chica loca- La abrace nostálgica.
-Pues sí, y también que no puedes vivir sin mí- Bromeó a lo que ambas reímos.
-¿Lo pensarás esta vez de verdad?- Pregunto con seriedad.

-Lo haré- Prometí.
FIN DEL FLASHBACK
...
Esa conversación con Anna la noche anterior me hizo pensar en la posibilidad de arriesgarme luego de sentirme tan convencida de que no lo haría, si, sé que estaba loca, de seguro Kiram me echaría de su casa por todos esos disparates que iba a confesar, pero no podía vivir toda mi vida sabiendo que había algo que pude hacer y que en cambio no fui capaz, prefería vivir con la decepción de ser rechazada a con la mancha de ser llamada cobarde, si ya se, eso sonaba muy dramático pero era la verdad de cómo me sentía. Así que ya lo tenía decidido iría a la casa de Kiram esta tarde.
Ya era casi hora de salir, me había vestido con algo casual pero cómodo, me puse un suéter negro de lana ancho que dejaba mis hombros al aire, una falda corta roja de cuadros con medias negras translúcidas debajo, y en mis pies unas botas negras de gamuza con un tacón bajo, recogí mi cabello de lado y por último le di un toque a mi estilo con una boina gris.
Si decía que no estaba nerviosa mentiría, en realidad temblaba de las ansias, mi corazón se agitaba a cada momento.
Tome un taxi hasta la casa de Kiram, una vez allí vi mi reloj que marcaba la 1:59pm, en otras circunstancias hubiera llegado más tarde de la hora que me dijo solo para molestarlo porque sabía que para él era importante la puntualidad, pero esta vez no lo haría, mi concentración estaba en eso por hacer.
Toque el timbre de su casa, pero inmediatamente no salía nadie.
“Creo que es una señal, mejor me voy” Pensé para darme vuelta e irme.
-Bella- Escuche esa voz a mis espaldas que me hizo parar en seco.
Volví a girarme para verlo, se encontraba allí parado en la puerta de la entrada de la casa observándome.
"Ay Dios mío, porque tuvo que abrir" Tragué hondo.
-Hola- Salude.
-Pasa- Dijo haciéndose a un lado para que entrara.
A lo que yo solo asentí seguí adentro. Escuche la puerta cerrarse tras de mí, voltee para decirle algo pero sin dejarme hablar me tomó por ambos brazos y me empujo pegándome a la pared cerca de la puerta, lo mire con los abiertos como platos porque eso no lo esperaba en absoluto, sin embargo, no hice esfuerzo en separarlo.
-Lo siento es que....- Comenzó a decir pero sin terminar la frase pegó su cara a la mía para besarme en los labios.
Ambos entramos en un beso profundo, se sentía un beso hambriento, uno distinto a cualquier otro que nos hubiésemos dado y eso era decir mucho ya que antes nos habíamos besado demasiadas veces, nuestros labios se habían extrañado y lo estaban demostrando en ese momento. Mi corazón latía más rápido de lo habitual, mi estómago revoloteaba sin control. Incluso los nervios por un momento se fueron. Kiram me tomó del trasero con sus manos pegándome con desespero a su dureza... Yo reaccioné de lo que estaba pasando, y saliendo de mi éxtasis comencé a pensar con la cabeza.
“No vine a esto” Pensé algo drogada aun por sus besos.
-Kiram para- Puse mi mano en su pecho para poder apartarlo con suavidad. -No podemos hacer esto, se supone que ya había acabado-
-Lo sé, lo siento, es que ha pasado tanto... y verte otra vez.. Me deje llevar, lo siento- Se disculpó y se separó un poco, pero sus palabras salieron con dificultad, de hecho, no terminaba alguna de sus frases, parecía como si quería decir más, pero algo no se lo permitía.
-Yo vine...- Intenté hablar.
-Si, lo sé- Interrumpió.
Se alejó y en una mesa agarró un sobre, para luego volver a acercarse a mí y extendiendo su mano me lo ofreció.
-¿Qué es?- Pregunté confundida.
-Tu pago- Respondió.
Mi mente estaba tan ocupada por lo que realmente vine a hacer que había olvidado que en inicio para esto él me había citado.
-Kiram, yo no...- Volví a intentar hablar fallidamente.
-Isabella solo tómalo- Volvió a interrumpir, parecía estar molesto de un momento a otro.
Aunque fácilmente podría pensar que padecía un caso severo de bipolaridad, yo lo conocía un poco más, y no lo sé, su actitud era extraña, este hombre parecía estar algo perturbado, al principio me beso como si no hubiera un mañana, y luego solo actuaba con enojo como si solo estuviera esperando que tomara ese sobre para ya por fin librarse de mí para siempre. Fue con ese pensamiento que titubee en si decir lo que había venido a decir o no, pero luego me recordé que lo que no quería era seguir siendo una cobarde respecto a mis sentimientos, así que fuera cual fuera el resultado, lo haría.
-Kiram no quiero ese dinero- Dije firme.
Si, claro que lo necesitaba y quizás esta fuera la cosa más estúpida que haría por amor, pero estaba haciendo lo que sentía que era correcto.
-¿Porque? es lo que acordamos, tu actuabas yo pagaba- Dijo aun con su mano estirada dándome el sobre.
Trataba de armarme de valor "Vamos Isabella, solo dilo, tú puedes chica, a lo que viniste" me motivaba una y otra vez para poder ser capaz de confesar.
-Esto que diré solo saldrá de mi boca una vez- Lo vi fijo y tragué saliva, recargándome de valentía continue. -No voy a tomar ese dinero porque no lo merezco-
-No estoy comprendiendo porque dices eso- Dijo mirándome con confusión.
-¿Recuerdas la primera regla de nuestro trato?- Pregunte más retóricamente. -Era "No enamorarse"- Recordé. -Y por más que hubiera deseado que no fuera así, yo la rompí... Me enamoré de ti- Confesé sin más.
Luego de haber soltado mi confesión más temida, sentía que el temor se hacía más presente con cada segundo dentro, lo vi poner sus ojos tan abiertos como enormes platos, quedando estático justo donde se encontraba de pie.
-Eso no estaba en mis planes, pero dijiste claramente que si rompía una de las reglas no habría paga, y es lo justo, es por eso que no debo aceptar ese sobre- Continué explicándole mientras él seguía en silencio ahora sin expresión alguna. -¿Recuerdas cuando en la boda me dijiste que ojalá un día llegará alguien por quien valdría la pena que yo me arriesgara? eres tú Kiram... Es por eso que estoy aquí parada frente a ti atreviéndome a confesarlo- Dije.
Me estaba desesperando hasta la locura, yo continuaba allí hablando y él solo no decía nada, mi corazón estaba apuntó de explotar por la incertidumbre, aún tenía esperanzas de que de pronto me dijera que me correspondía, que no había sido solo yo quien se enamoró, pero se estaban marchitando rápidamente junto con su silencio. No podía continuar ahí parada como una idiota esperado a que el dijera algo, quizás y solo no quería romperme el corazón con sus palabras de rechazo es por eso que decidí hablar, esta vez para aclarar algo.
-Debes estar tranquilo, aunque sucedió lo imposible- Volví a hablar con cansancio, haciendo referencia a que se suponía que era imposible que yo me enamorara de él. -No seré como las otras mujeres que andan detrás tuyo, yo no volveré a buscarte después de esto- Lo tranquilice.
Después de todo se supone que me busco a mi para esto, porque yo nunca podría quererlo debido al rechazo que antes sentía por él, y a pesar de haberlo decepcionado en ese aspecto demostrando ser como todas las demás, sentí la necesidad de aclarar que no sería una molestia de aquí en adelante para su vida.
-Bella...- Intentó hablar aun sin éxito.
-Ya hice lo que sentía que tenía que hacer, aquí termino mi trabajo- Esbocé una media sonrisa.
Entendía la lástima que podía sentir el hombre por rechazarme en la cara, y que por esa razón no lograba articular palabra, ya no necesitaba que hablara, con su silencio lo había entendido todo, desde que decidí venir sabía que esto podía salir tanto bien como mal, pero también tenía claro que las posibilidades de que salieran bien para mi eran casi nulas.
Comencé a quitarme del cuello el collar que él me había regalado, y que siempre llevaba conmigo, era lo único con lo que me había quedado de él, pero que no me pertenecía realmente.
-No tienes que decir nada, mira, aquí tienes- Con mi mano tomé la suya, y deposité el collar en la palma de su mano. -No debí tomarlo- Dije en modo de disculpa.
Miro el collar y luego a mí sin decir palabra. Prefería devolverlo, y así poder cerrar ciclos.
-Ya todo está donde debería estar- Dije con una media sonrisa. -Lo siento por este mal momento- Sentí que debía disculparme. -Adiós Kiram- Despedí viéndolo directamente a sus hermosos ojos azules.
Se que esta sí sería la última vez que los vería. Luego de eso, salí con calma, aunque por dentro solo quería salir corriendo a toda prisa de esa casa.
Cuando por fin llegue a la calle comencé a caminar con más rapidez, tenía que tomar un taxi que me llevara a casa, pero mis piernas solo querían continuar caminando a pesar de que no conocía el área, lágrimas que intentaba retener desde hacía rato comenzaron a fluir de mis ojos, no las podía parar más tiempo, sentía un fuerte dolor en el pecho, dolía mucho tanto que ni antes lo había sentido de esa forma, pero era un dolor de esos que no se calmaban con tomar algún medicamento, o yendo al médico, este era de esos dolores que solo se curaban con el tiempo, o eso decían.
Ya estaba hecho, me había arriesgado, aunque no podía decir que me sentía mejor por eso, si me sentía ligera por confesarle lo que sentía, eso sí. Después de pasar por eso, al menos sabía que iba a poder seguir adelante, sé que lo superaría, no como si nada hubiese pasado, sino más bien, con este nuevo y doloroso aprendizaje siempre presente.